Los Escenarios de Pilar García Merino

Son decorados a pequeña escala realizados a base de cartón, papel, madera o metal. Suelen ser materiales manejables con el fin de que su realización sea más fácil. Voy recopilando objetos cotidianos que encuentro por casa, en la calle o en los bazares chinos como algodón, tela o plástico para simular, por ejemplo, los cielos y los mares, También uso alambres, ramas secas, esponjas, cepillos, etc., materiales que reciclo para posteriores trabajos y que guardo en cajas catalogados por temas (vegetación, cielos, edificios…)

Para conseguir una atmósfera misteriosa e inquietante utilizo iluminación en clave baja e intento incorporar zonas aparentemente vacías, en sombra, para insinuar lo que no se ve y reforzar así la tensión psicológica. Es una iluminación contrastada, perfilada a base de claroscuros. Uso casi siempre luz continua de contra, reduciendo los objetos opacos a siluetas. A veces incorporo pequeñas luces puntuales, moviendo una pequeña linterna por diferentes zonas de la imagen, mientras el obturador permanece abierto, para conseguir detalle en algunas zonas.

Para mí es muy importante la zona en penumbra porque es una zona rica en expresividad. Para poder captarla necesito que la transición de luz a sombra no sea tan brusca sino que sea más suave. Por eso trabajo en ocasiones con pequeñas luces puntuales, laterales, muy leves, que no se solapan. Como resultado de todo este proceso, encontramos una serie de recursos constantes: la silueta, la sombra y la penumbra.

Lo que más me atrae de la fotografía es la capacidad que tiene para crear la ilusión de realidad. Mi intención como fotógrafa no es tanto captar la realidad sino recrearla a través de un método de representación que me permite generar una narrativa visual particular. La puesta en escena es una poderosa herramienta creativa que nos permite cruzar ese límite entre realidad y ficción. La imagen que aparece en el visor produce una ilusión de realidad y nos sitúa, en algunos casos, ante la duda de su verdadera existencia.

Mi objetivo es crear un paisaje psicológico que represente tanto los fantasmas y miedos colectivos como la esperanza del individuo. Un individuo ensimismado que se sumerge en su aislamiento, abstraído en su propia introspección, y cuyo estado de ánimo impregna el espacio exterior de extrañeza y melancolía. Es, por tanto, un proceso de recreación de atmósferas y escenas cargadas de simbolismo sobre el ciclo vital del ser humano y sus posiciones reflexivas sobre la existencia.

Este proyecto ha sido financiado con la Beca de Ayuda a la Creación Visual de la Fundación Arte y Derecho y del Fondo Asistencial y Cultural de VEGAP.

Equipo Utilizado:

Cámara: Canon EOS 1
Optica: Macro 100 mm,  Zoom 24-70 mm