PHotoESPAÑA 2025

XXVIII Edición del Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales 30 de abril – 14 de septiembre

Después de todo

La fotografía es un medio de expresión poderoso. Debidamente empleada, es un gran poder para nuestro mejoramiento e inteligencia; mal empleada, puede encender muchos fuegos inoportunos. W. Eugene Smith, 1948.

Cuando estalló la segunda guerra mundial en 1939, la fotografía celebraba su primer centenario y se convirtió en una herramienta bélica fundamental, suministrando material de propaganda, pero también un sinfín de imágenes difundidas a través de revistas ilustradas, enormemente populares entonces, hoy desaparecidas, que alimentaban la evidencia de nuestra capacidad de deshumanización y autoaniquilación. Las fotografías de soldados desembarcando en la playa de Omaha, izando banderas en Iwo Jima o en lo alto del Reichstag, pero también las de los cuerpos amontonados en los campos de exterminio nazi se clavaron en una memoria colectiva profundamente dañada desde 1945.

Las imágenes del conflicto fueron el sustrato de una voluntad de restitución que dio paso a la denominada fotografía humanista, una corriente que buscaba respuestas al sinsentido en la vida diaria, la calle y los márgenes de la sociedad, pero sobre todo en acciones y rostros con los que la comunidad global pudiese identificarse. El lenguaje debía ser transparente, sin artificios, y apelar a cuestiones universales como el amor, el nacimiento, la vejez, la muerte o la religión. Cornell Capa habló de concerned photography: una fotografía solidaria, empática incluso, fruto de un impulso humanitario que no solamente aspiraba a registrar el mundo, sino a cambiarlo.

Fue precisamente en la Alemania dividida de posguerra donde el matrimonio formado por Bernd y Hilla Becher fundó la escuela de Düsseldorf, cuya influencia fue decisiva en la asimilación de la fotografía como una forma específica del arte contemporáneo. Sus paisajes industriales, su interés por arquitecturas moribundas, desangeladas y su estética deadpan fueron heredadas por sus alumnos, nombres fundamentales como Thomas Struth, Candida Höffer o Andreas Gursky, y asumidas por muchos fotógrafos posteriores tanto en Europa como en el resto del mundo, en una corriente que todavía resuena a día de hoy.

La fotografía se aproxima a su segundo centenario y el documentalismo clásico, un gran generador de imágenes icónicas, ha dado paso a nuevas visiones, no tan decisivas como atomizadas, nuevos relatos expresados desde posicionamientos cada vez más singulares; también nuevas formas de ejecución y formalización derivadas del impacto de las nuevas tecnologías. La práctica fotográfica sigue, no obstante manteniendo una estrecha vinculación con la realidad circundante y las preocupaciones que atañen tanto a comunidades y territorios específicos como a la sociedad en su conjunto. Su relación con el conflicto —personal, histórico, político o social— permanece. Y su papel sigue siendo fundamental en el posconflicto, como herramienta crítica de memoria, disidencia, expiación, restitución, y como agente de cambio voluntario o involuntario.

Más allá de las guerras, las sociedades contemporáneas se enfrentan con cuestiones fundamentales a los que la fotografía no es ni puede ser ajena: la memoria histórica, la asimilación del poscolonialismo y sus nuevas perspectivas de raza y clase, la colisión entre la necesaria preservación del medioambiente y el consumismo, el impacto de las tecnologías digitales en nuestra identidad personal y colectiva, la lucha por la igualdad de género y la libertad sexual son ejes dominantes en la creación contemporánea. Esta nueva edición de PHotoESPAÑA pone el foco en el trabajo de fotógrafas y fotógrafos, corrientes y artistas visuales que han optado en distintos contextos y períodos históricos por una confrontación crítica de la realidad para, tal vez, permitirse y permitirnos soñar otra.

A la voluntad de revisión y reconstrucción de las sociedades heridas, a la generación de relatos posibles frente a la incertidumbre, se suma la trascendencia del propio medio fotográfico y de sus dogmas. Cerca de doscientos años después de su nacimiento, la fotografía duda incluso de sí misma y de su significado. La foto puede ser hoy documental, neo-documental, humanista, conceptual o posfotográfica. Lo cierto es que sigue siendo un medio de expresión poderoso que no deja de afirmar su vitalidad, su adaptabilidad y su radical importancia. Después de todo, sin la fotografía, nada se sabe, nada sucede, y nada puede cambiar.

María Santoyo

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© 2019 Caption Magazine. ISSN 0716-0879