Laura Núñez Bañuls: Fotografía y vida silvestre

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Laura Núñez Bañuls: Fotografía y vida silvestre

Por Nacho Izquierdo y Claudio Soto

Laura Núñez Bañuls, es una fotógrafa de fauna salvaje y bióloga conservacionista de 29 años nacida en Barcelona. Su formación profesional incluye voluntariados en diferentes centros nacionales de rescate y recuperación de primates, felinos y aves, y el trabajo como guía de naturaleza en reservas y parques de Italia, Rumanía, Noruega y España.

 

 

Sin duda, la naturaleza es una marca personal en tu trabajo ¿Por qué decantaste en esta área?

Desde que me sumergí de lleno en el mundo de la fotografía de fauna salvaje siempre uso la frase “una imagen vale más que mil palabras” para describir mi intervención en ella. Para mi, este tipo de fotografía es una herramienta de toma de consciencia que sirve para despertar mentes y abrir ojos. Creo en la necesidad de tomar fotos especiales, no solo que sean bonitas y sugerentes, sino que remuevan por dentro a quien las mira. Cada imagen de cada especie animal tiene una historia detrás y cuando la sensibilidad que transmite su retrato consigue explicarla por si sola, siento que ya he aportado mi granito de arena a la conservación del entorno silvestre. Me apasiona explorar y capturar escenas salvajes que sirvan para compartir las maravillas que esconde la naturaleza si nos prestamos unos segundos a pararnos, respirar, escucharla y apreciar sus secretos.

Perdiz nival (Lagupus muta) bajo el Sol de Medianoche en Svalbard, Noruega. FUJIFILM X-H2S, f/10, 1/320 sec., ISO-2500, focal length 476mm (teleobjetivo 150-600mm). © Laura Núñez Bañuls

Para ti, ¿Quiénes son los grandes referentes en el ámbito?

Hay grandes figuras conocidas en el mundo de la fotografía de naturaleza que han marcado mi trabajo y que me han inspirado para probar nuevas técnicas. Desde amigos como Víctor Ortega, compañero de Fujifilm, hasta maestros como Mario Cea, han sido muy importantes en mi aprendizaje fotográfico. Fotógrafos internacionales como Paul Nicklen, Jari Peltomaki, Marco Gaiotti o Rachel Bigsby son grandes referentes en redes sociales que nunca dejan de sorprenderme y animarme a explorar una nueva aventura salvaje con mi cámara.

La naturaleza es a la vez, asombrosa, rica en contenido, y siempre propone desafíos para los fotógrafos ¿Desde la técnica, qué equipos usas para captar esa esencia?

Actualmente fotografío con mi equipo Fujifilm, con el que hace unos pocos meses empecé a trabajar y que ha marcado la diferencia en mis imágenes. Este consta de mi cámara Fujifilm X-H2S y de la lente Fujifilm XF 150-600mmF5.6-8 R LM OIS WR, un teleobjetivo que me acompaña en todos los viajes y sin el que no puedo salir de casa ya que me permite no solo observar a través de él como si de un prismático se tratara, sino también localizar y seguir aves y mamíferos desde lejos. Me estoy iniciando en la fotografía de anfibios y reptiles con el gran angular Fujifilm XF 18MM F/1.4 R LM WR y gracias a él puedo acercarme mucho a este tipo de fauna sin molestarla, detallando sus características, manteniendo el enfoque y capturando también su hábitat.

Escribano montesino (Emberiza cia) reclamando sobre los roquedos que enmarcan al Río Duratón, España. FUJIFILM X-H2S f/9, 1/400 sec., ISO-2000, focal length 600mm (teleobjetivo 150-600mm). © Laura Núñez Bañuls

La evolución o involución, es una constante en los elementos de la naturaleza ¿Qué cambios has visto en este camino?

Desde bien pequeña, el mundo salvaje ha sido mi arteria principal, es decir, mi vía de escape y a la vez de reconexión. En todas las salidas a la naturaleza a las que mis padres me llevaban, nunca faltaron cámaras de carrete de usar y tirar. La fotografía fue evolucionando en mi vida no solo con la llegada de nuevas cámaras, sino también con cada paso que daba y cada camino que elegía. Una vez me embarqué en la carrera de Biología, mis imágenes pasaron a ser de simbólicas a guías científicas. Tras finalizar mis estudios y empezar a descubrir la fauna de una forma más directa y práctica, mi enfoque volvió a cambiar, llegando a explorar las emociones que puede transmitir la fotografía de vida silvestre. Dejando aflorar mi creatividad observé como la mezcla de naturaleza y arte eran exactamente lo que había estado buscando. Tras pasar largas horas mimetizándome con el entorno, empecé a improvisar con mi cámara, a probar nuevos planos, desenfoques, luces y velocidades, y a trabajar más mi afición a la fotografía de naturaleza a través de la innovación, originalidad y sobre todo, sensibilidad.

Morsa (Odobenus rosmarus) durmiendo sobre un bloque de hielo en el oceáno ártico, Noruega. FUJIFILM X-H2S, f/11, 1/800sec, ISO-1000, focal lenght 840mm (teleobjetivo 150-600mm + multiplicador 1,4x). © Laura Núñez Bañuls

¿El cambio climático, la falta de políticas medioambientales, los movimientos migratorios o el crecimiento demográfico son elementos que han afectado también la mirada de los profesionales del área?

Creo que cada vez somos más las fotógrafas y fotógrafos de naturaleza que le damos un enfoque más crítico y sensible a nuestras imágenes a través de la denuncia social. Al final, los ornitólogos, científicos y fotógrafos de naturaleza somos los que más notamos los cambios en el entorno temporada tras temporada. Podemos comparar diferencias a través de nuestras fotografías de años anteriores y visualizar los problemas de conservación ante los que nos encontramos. Estas alteraciones en el entorno, como la tardía llegada de fauna migratoria o su creciente desaparición poblacional, nos impulsan a compartir detalles con todo aquel interesado en abrir su mente y descubrir la trágica pérdida de biodiversidad. Siento que puedo hablar por toda la comunidad de fotógrafos de fauna salvaje que a pesar de no encontrarnos físicamente en el campo de batalla de la conservación, combatimos día tras día detrás del visor con el fin de capturar, exponer y evidenciar el grito de auxilio de nuestro planeta.

Perdiz nival (Lagupus muta) bajo las últimas luces del día, en Svalbard, Noruega. FUJIFILM X-H2S, f/7.1, 1/320 sec., ISO-2500, focal length 406mm (teleobjetivo 150-600mm). © Laura Núñez Bañuls

¿Qué es más importante en este campo: la rapidez para captar la esencia de todo lo que pasa en ella, la contemplación del momento o la calma para interferir lo menos posible el entorno?

En el campo de la fotografía de naturaleza, lo esencial para mi es conseguir formar parte de cada latido salvaje. Cuando consigues ser uno más del ecosistema, estabilizar tu alteración del medio y encontrarte cómodo en ese estado, es fácil responder con rapidez a cada estímulo que se presente delante de ti. Pero sobre todo, lo más importante a tener en estos instantes es paciencia. Si en algún momento nos hemos perdido una escena única, es necesario saber esperar, tener fe en que ese animal encuentre el camino para volver a sentirse confiado y dejar que ese instante vuelva a suceder. La naturaleza cambia en un abrir y cerrar de ojos: es un ciclo continuo y repetitivo de circunstancias aleatorias, pero una vez aprendes a contemplar la rutina de una especie, como por ejemplo el vuelo de un ave cazando o la búsqueda de una lagartija por ese último rayo de Sol, entiendes qué segundo es el idóneo para alzar la cámara y capturarlo. Esos momentos que decide compartir la fauna contigo, para los que amamos la naturaleza son únicos, y no importa que hayan durado poco porque gracias a la fotografía se convierten en eternos y podemos proyectarlos reviviéndolos cada vez que lo deseemos.

FUJIFILM X-H2S, f/11, 1/1600sec, ISO-3200, focal lenght 840mm (teleobjetivo 150-600mm + multiplicador 1,4x). © Laura Núñez Bañuls

¿Y qué es necesario en tu equipo fotográfico para obtener el resultado esperado?

La verdad es que mi equipo fotográfico es bastante sencillo ya que acostumbro a intentar ir cómoda cuando voy al campo y llevar el mínimo de complementos adicionales conmigo. Además del teleobjetivo y del gran angular, que siempre van en mi mochila fotográfica, dependiendo de la especie target a la que vaya dirigida la excursión, también me llevo el multiplicador. En mis viajes más allá del Círculo Polar Ártico, donde gran parte de la fauna salvaje vive aislada y no está acostumbrada al paso de la gente, el multiplicador 1,4x de Fujifilm es la mejor solución para fotografiarla desde lejos. Además, dependiendo también del ecosistema que visite, que cuando estoy en mi casa de Barcelona acostumbra a ser el bosque mediterráneo o los paisajes dunares de la costa, me visto según la ocasión con los trajes de camuflaje de Stealth Gear y me llevo protectores de cámara de la misma marca para cubrir los tonos blancos y reflejantes que puedan descubrirme durante una sesión y que me resguarden de las condiciones del medio. En mi coche siempre viajan conmigo la red de camuflaje en el caso de que me pare a fotografiar un rato desde la carretera y mi silla hide de Buteo Photo Gear, que me permite sentarme a fotografiar sin molestar el nido o la madriguera que esté monitoreando. Finalmente, para las sesiones de hide es imprescindible mi trípode Manfrotto y para la fotografía nocturna mi flash Yongnuo.

La naturaleza es, de por sí, un concepto amplio ¿Qué consejos podrías dar a quienes son principiantes o simplemente amantes de ésta área y cómo se puede destacar en este oficio de posibilidades infinitas?

El primer consejo que les daría es que no dejen que nadie les diga que su fotografía no es suficiente. O por lo menos, que esas palabras solo sirvan para sacar lo mejor de uno mismo y seguir probando, porque la práctica hace al maestro. A veces capturamos una imagen que no nos atrevemos a mostrar por inseguridad personal y por pensar que otros fotógrafos con más experiencia no la valorarán, cuando lo más importante es que nosotros mismos conozcamos el esfuerzo que ha significado conseguirla y nos guste el resultado. En cuanto nos demos esta oportunidad, todo es seguir aprendiendo y mejorar, pero sobretodo disfrutar del proceso. Solo así se consigue sacar al artista oculto que hay en todos nosotros. La cámara nunca debe ser un peso para salir al campo, al contrario, tiene que ser un añadido que nos sume en nuestra exploración y que al final nos acompañe en el camino de completar nuestra pasión. Es verdad que es un hobby y un oficio muy competitivo, donde solo destacan los mejores, los que conocen a la perfección lo que buscan y para los que su cámara es una prolongación de su brazo. Aun así, para todos los profesionales, la fotografía sigue siendo un juego y un atrevimiento continuo, un ensayo y error en el que nunca se deja de improvisar y dónde a veces todo depende de la suerte. Solo cuando vuelvas a casa con los bolsillos llenos de tierra, el pelo enredado entre helechos y musgo y las rodillas mojadas y arañadas, es cuando comprenderás el verdadero significado de la fotografía de naturaleza.

¿Hay algún lugar hacia donde crees que avanza la fotografía en el futuro?

Viendo que las nuevas tecnologías avanzan a ritmos aceleradamente vertiginosos, creo que la fotografía del futuro no necesitará al fotógrafo. O por lo menos no será necesario que este se encuentre en el mismo punto donde está su cámara. Contrariamente al pensamiento histérico que nos han creado las películas de ficción en que las máquinas nos sustituirán y la sociedad colapsará, yo lo veo como un beneficio para nuestro territorio salvaje. Se podrá fotografiar desde casa. Sí, puede ser que se pierda la magia de explorar un área, pero gracias a ello, se dejará de explotar ese mismo punto silvestre. Actualmente el turismo ecológico se ha descontrolado debido a la facilidad de llegar a todos lados y eso ha comprometido muchas reservas vírgenes de fauna salvaje. Con la posibilidad de conectar nuestra cámara a un mando teledirigido desde el que vincular nuestro software y fotografiar remotamente, podremos seguir disfrutando de la naturaleza protegiéndola a su vez. Ya se está empezando a desarrollar esta tecnología junto con el sistema de barrera, donde un sensor de movimiento activa la cámara cuando capta al animal en su zona de paso, dando lugar a una fotografía automatizada y con resultados difíciles de obtener si el fotógrafo se hubiera encontrado presente durante la sesión. Aun así, también me aterroriza hasta dónde puede llegar esta tecnología, porque si algo caracteriza al ser humano es la búsqueda de la innovación continua, que a la vez conlleva sacarle partido y encontrar nuevas formas de aprovechamiento que llegan a crear verdaderos quebraderos de cabeza éticos. Últimamente ya está sucediendo con la Inteligencia Artificial aplicada a la posproducción de imágenes, donde ya casi es imposible diferenciar si una fotografía es real o si las soluciones generativas de Adobe Photoshop han hecho su magia.

Búho chico (Asio otus) vigilando entre hojas de tejo en un cementerio de Barcelona, España. FUJIFILM X-H2S, f/8, 1/250 sec., ISO-800, focal length 451mm (teleobjetivo 150-600mm). © Laura Núñez Bañuls

Vemos que publicas gran parte de tu trabajo en las redes sociales ¿Qué importancia tienen éstas?

Nos encontramos actualmente en la era de la comunicación, y su medio de transmisión es Internet, es decir, las redes sociales. Pero a veces parece que con tanta novedad tecnológica, nos olvidamos un poco de nuestras raíces, y el entorno que nos ampara, en el que respiramos, queda atrás. Este ambiente, es el mismo que compartimos con nuestros vecinos, los animales salvajes. Una convivencia sana permitiría que ellos pudieran sobrevivir igual que lo hacemos nosotros, pero nuestros avances la gran parte de las veces destruyen su refugio. Pienso que aún estamos a tiempo de revertir parte del proceso, de aminorar el cambio climático, de gestionar nuestros residuos, de reducir la caza y la pesca, de evitar la explotación de otros seres vivos y de cuidar nuestro planeta. En resumen, de salvar a los que no tienen voz en nuestras guerras. Es por eso que intento trasladar estas reflexiones a través de mis imágenes. En ellas busco capturar momentos que llamen la atención de usuarios de redes sociales que quizás no estén tan sensibilizados con el respeto hacia la naturaleza porque aún no conocen las dramáticas consecuencias que tienen sus acciones.

¿En lo personal, estás trabajando en algún proyecto que quisieras adelantar?; o al menos, ¿darnos alguna pista?

Ahora mismo estoy trabajando en la organización del Delta Birding Festival, el punto de encuentro de ornitólogos más conocido del mediterráneo, donde coordino la comunicación y el marketing. En el tiempo libre que no dedico a la fotografía lo destino a la divulgación del medioambiente con el podcast “El Guardabosques”, un proyecto que se inició en 2022 y que ya lleva dos temporadas llenas de curiosidades de la naturaleza. Pero la novedad de este proyecto, en el que en los últimos episodios se habla mucho del Ártico, es que la tercera temporada tendrá incorporado un viaje fotográfico lowcost en busca de oso polar y zorro ártico al archipiélago de Svalbard, el cual guiaré junto a mi pareja, y será una expedición abierta a todo aquél que desee acompañarme a vivir una aventura al inicio del Sol de Medianoche más allá del Círculo Polar Ártico, literalmente al Polo Norte.


Equipos:

Cámara: Fujifilm X-H2S

Óptica: Fujinon XF 150-600mm F5.6-8 R LM OIS WR, Fujinon XF 18MM F/1.4 R LM WR

Links:

Instagram: @wildlaurheesi

 

Todas las fotografías publicadas aquí tienen el Copyright del respectivo fotógrafo.

© 2019 Caption Magazine. ISSN 0716-0879