Pilar Silvestre, la fotógrafa que renació del agua

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Pilar Silvestre, la fotógrafa que renació del agua

Por Claudio Soto

En esta entrevista la destacada colaboradora de Fujifilm revela a CAPTION Magazine una historia asombrosa y humana. El destino la llevó a la fotografía, que la rescató cuando más lo necesitaba, dándole el temple y decisión para enfrentarse al mundo.

 

 

Estrés, vértigo, dureza, movimiento incansable. Todo eso tiene Barcelona (España), lo que de una u otra manera terminó pasando la cuenta a la reconocida fotógrafa Pilar Silvestre. A los 41 años le diagnosticaron una agorafobia -trastorno ansioso caracterizado por la angustia o miedo a estar en lugares abiertos con gente- lo que la sumió en un aislamiento progresivo. Perdió la memoria de corto plazo, la orientación y la concentración.

FUJIFILM X-T10 | FUJINON XF50-140mm F2.8 R LM OIS WR | F4 | 1/2000 sec. | ISO 250. © Pilar Silvestre

Así estuvo por siete años. Había tenido un pasado como waterpolista, nadadora de élite y escafandrista por lo que decidió refugiarse cerca del mar, al norte de la ciudad Condal que tanto le había dado, pero que también, le había arrebatado. Los médicos, sin un tratamiento muy claro, le sugirieron que probara con una actividad manual para recuperar parte de esos recuerdos, y de pronto se encontró con una vieja amiga: la fotografía.

Pilar ¿Cómo llegas a este punto de tu vida?

Me daba miedo salir a la calle porque me perdía. No tenía orientación y no quería hablar con la gente porque me producía muchísima ansiedad. Coges miedo y te encierras en casa.  La agorafobia me duró casi siete años. No encontraban una solución efectiva para mi caso y los médicos me sugirieron que hiciera algún tipo de actividad manual para facilitar el trabajo de mi cerebro. Compré una cámara y empecé.

FUJIFILM X-T30 | FUJINON XF16-55mm F2.8 R LM WR | F8 | 1/500 sec. | ISO 200. © Pilar Silvestre

¿Y qué hiciste?

Aprendí en mi casa porque no salía. Empecé haciendo flores e insectos. De una cosa me iba a la otra, aprendiendo cómo enfocar, cómo medir la luz y la velocidad. Perseguía insectos con el objeto de seguir avanzando. Llegó un momento en que sentí que esto me quedaba corto y empecé con la fotografía deportiva.

Y alcanzaste un nivel reconocido en esta área…

Me fui a las piscinas que es como mi casa, porque toda mi infancia y juventud la pasé ahí. Es un sitio en donde me sentía acogida y albergada. Comencé a hacer fotografías de los deportes que ya había practicado. Hice partidos de waterpolo, campeonatos de trampolín, y poco a poco fui cogiendo intensidad. La gente valoraba mucho mis fotografías, estaba muy contenta, pero mentalmente no me podía conformar con eso, a pesar de que me vanagloriaban, me respetaban y me tenía aprecio.

La terapia que abrió el camino

¿Y qué puertas te abrió la fotografía deportiva?

Puertas increíbles. No hago fotografía con efectos profesionales o de ganarme la vida con ella. Entonces, como amateur apasionada, tu avanzas y sin querer llegas a tener un nivel en base a la práctica. Hay gente que ha visto mi trabajo, han contactado conmigo. A partir de allí me ofrecieron una serie de cosas, y una de esas fue ser colaboradora de Fujifilm. Fui la primera mujer en esta área que trabajó con una cámara de la serie X.

¿Qué te llama la atención o qué te motiva?

Siempre tengo un motivo. Empecé en la piscina porque era como mi casa. Cuando llevas toda la vida viendo agua tienes un vínculo y te sientes acogida. La fotografía deportiva te exige mucho, sobre todo a nivel de composición, del cuidado de los fondos cuando las vas a tomar. Ese fue el primer paso.

FUJIFILM X-T10 | FUJINON XF10-24mm F4 R OIS | F5.6 | 1/1600 sec. | ISO 200. © Pilar Silvestre

¿Y por qué la mayoría de tu trabajo deportivo está en blanco y negro?

Empecé haciendo fotografía deportiva como todo el mundo hace, con una cámara muy grande y con un objetivo muy largo porque te exigía más. En el mundial de natación de 2013, aquí en Barcelona, nos designaron a una zona de la piscina muy limitada, por lo tanto, los que estaban alrededor y yo teníamos el mismo ángulo. Cuando tiras con ráfaga -porque otros fotógrafos llevaban mejores cámaras que yo- hacían unas imágenes infinitas y sí o sí debían de sacar una buena foto. Pero, el problema era que no sabían elegir las mejores.

Pero tu tenías un pasado deportivo…

Para hacer fotografía de este tipo hay que practicar deporte para saber cuál es la buena.  Miraba las fotografías y había tanto parecido que yo decía: “Esto no es lo que busco, porque todos están en el mismo ángulo y no tienes posibilidades creativas. Esto no es lo mío, porque era todo como automatizado”. No quería que el espectador se fijara en el color de la fotografía, sino en la expresividad de los cuerpos al saltar, en la tensión y como la proyección de la luz al reflejarse en ello,s en sus musculaturas, dibujaba los cuerpos. La fotografía en color no se fija en eso, se fija en un salto, en el color del cielo, en el bañador. A partir de ahí decidí que el blanco y negro era mi mejor opción.

Después te fuiste a EE. UU en una suerte de desafío muy personal ¿Qué te dieron sus calles?

La fotografía de calle es muy difícil. La gente cree que es tener una cámara, salir a pasear y hacer fotos. Requiere que estés muy atento a todas las situaciones con las que te vas a encontrar, porque vas a tener que improvisar sobre los elementos que se presentarán al girar una esquina, en donde va a variar la luz, el color, la esencia del contexto y los elementos que son la gente. Nosotros debemos conseguir ver su entorno. Se trata de generar una composición para reflejar la sociedad actual. Esto requiere de mucho estudio y mucha práctica. La fotografía de calle que es interminable.

FUJIFILM X-T10 | FUJINON XF10-24mm F4 R OIS | F9 | 1/1600 sec. | ISO 250. © Pilar Silvestre

¿Y era muy difícil abordarla?

Tengo un hándicap. En Estados Unidos la gente hace mucha vida en su casa. Como las distancias son muy largas se trasladan siempre en coche. Entonces, para hacer fotografía de calle es muy difícil porque no hay gente. En Nueva York si hay, en Chicago también, pero ahora mismo vengo del sur, en el Mississippi de las zonas rurales en donde no ves a nadie. Eso me obliga a hacer una fotografía del paisaje social, en donde viven personas, sin que veas a nadie. Se insinúa el elemento humano, aunque no se vea.

El camino a Fuji

¿Cómo llegas a ser colaboradora de Fujifilm en 2014?

Estaba en un campeonato de Europa de waterpolo, y de repente me caí al agua, porque no tienes visión lateral. Estábamos en una zona con agujeros, metí el pie y caí de espaldas al agua. Salí como pude, porque había un hinchable publicitario que no me dejaba emerger y que casi me cuesta la vida. Como había sido nadadora puse en práctica mis conocimientos en cuanto a la apnea, y hasta que no divisé un poquito de luz, pude salir. Me caí con todo mi equipo, llevaba dos cámaras, con sus objetivos, y el móvil. No tenía una relación con Fujifilm, pero si una de las cámaras era de esa marca.

¿Perdiste todo?

Quedaron inservibles y entré en shock, pues esto era mi terapia. Me quedé sin cámara y sin fotos para mis clientes. Fujifilm se entera de esto y me envían varios correos porque querían contactarme. Me dicen: ¡te vamos a dejar una cámara para que puedas seguir fotografiando el campeonato de waterpolo! En ese momento lo único que no quería hacer era volver a una piscina. Bueno, y ante el ofrecimiento, no pude decir que no.

Me trajeron una cámara con objetivos, tarjetas, baterías y todo. Entré en la piscina con este equipo y los compañeros que me ven me decían que no hicieras fotos con esa cámara. Yo les dije que no y resolví con lo que tenía, que era de las primeras de la serie X. Como fui nadadora y waterpolista me podía anticipar un segundo a lo que iba a ser el jugador, y tomaba ese segundo extra para hacer mi fotografía. Después de ver el resultado confiaron en mí y se inició la colaboración.

¿Qué materiales usas para tu trabajo?

Mi cámara fetiche es la X Pro. Tengo dos, la 1 y la 3 que las llevo siempre enganchadas a un lente de 35 milímetros y de ahí no me sacas. Soy de objetivos cortos por aquello del contexto, porque me gusta reflejarlo. Ahora me he comprado la X100 y que utilizo principalmente en temas de conciertos, donde me tengo que acercar un poco más. Soy muy práctica, no quiero peso, no llevo trípode. Cuando conoces tu cámara no tienes problema y confías en ella.

¿Algún proyecto que estés preparando?

Ya llevo unos tres viajes a EE. UU., en la zona de la ruta 66. Mi idea es hacer un libro con los paisajes sociales que me voy encontrando. Ese proyecto no se cierra y sigo con él. Es interminable.


Equipo:

Cámaras: FUJIFILM X-T10, X-T30, X-Pro1, X-Pro3
Óptica: FUJINON XF10-24mm F4 R OIS, XF16-55mm F2.8 R LM WR, XF50-140mm F2.8 R LM OIS WR

Enlaces:

@psilvestre62

Todas las fotografías publicadas aquí tienen el Copyright del respectivo fotógrafo.

© 2019 Caption Magazine. ISSN 0716-0879