Orlando Barría: 30 años informando para el mundo
Por Nacho Izquierdo
Desde Ucrania el fotógrafo chileno Orlando Barría contesta para CAPTION esta entrevista exclusiva.
Son casi 30 años haciendo fotografía e información. ¿Qué fue lo que te llevó a elegir esta profesión? ¿Te sigue apasionando tanto como el primer día que saliste a hacer fotos? ¿Recuerdas ese día?
Como a muchos otros de mi generación, me llamó la atención el trabajo que hacían los fotógrafos que cubrían las protestas durante la tiranía chilena. Pasé mi infancia y mi adolescencia bajo la dictadura, y en mi casa siempre estaban presentes las revistas opositoras al régimen. Siempre recuerdo esas páginas censuradas, donde en vez de una fotografía, iban unos cuadros en blanco y el pie de foto. Sin duda, había algo muy poderoso en el trabajo que hacían esos fotógrafos, para que se llegara a esos ridículos niveles. Un día tomé la decisión, y viajé desde la Patagonia hasta la capital, para comenzar mis estudios.
La pasión sigue tan viva como siempre. Definitivamente, creo que no hay otra manera de hacer este trabajo. Mira, ahora mismo estoy en Járkov (Ucrania), y acá he trabajado junto a Franco Pagetti, Carol Guzy y Paula Bronstein, y es realmente maravilloso e inspirador ver la manera y la pasión con la que ellos trabajan.
En lo personal, trato de ser muy metódico, algo perfeccionista y siempre apasionado, a la hora de realizar un trabajo. Lo que más me encanta de este trabajo, es la oportunidad de poder ser testigo de los sucesos que ocurren, y eso es un privilegio tremendo. Poder estar en los más diversos lugares y compartir con todo tipo de personas, que te abren sus puertas y te cuentan sus vidas, sólo porque llevamos una cámara colgando. Obviamente todo eso también es parte de la pasión.
¿Crees que la inmediatez que requieren las agencias de noticias puede afectar la calidad de la información y por ende a la fotografía?
Sin duda la inmediatez afecta el resultado del trabajo, y no sólo en las agencias, me parece que principalmente afecta a los periódicos, tanto digitales o impresos, donde muchas veces terminan publicando la foto que envía el periodista con su celular, o colocando lo primero que les aparece en internet. En realidad en las agencias se tienen procesos más rigurosos. Son muy pocas las ocasiones en que he tenido que enviar con suma inmediatez, y cuando eso ocurre, envío dos o tres fotos, y ya después edito con calma. Pero definitivamente si, esto de la inmediatez está afectando la calidad del periodismo en general.
En tu trabajo podemos ver coberturas de largo aliento y grandes catástrofes. ¿Cual dirías que es el trabajo del que te sientes más orgulloso y cuál es el que más te ha costado sacar adelante?
Por la zona donde trabajo, me ha tocado realizar ciertos temas de manera recurrente, como crisis migratorias o tragedias como terremotos y principalmente huracanes. Uno de los trabajos que más he desarrollado es la vida de los migrantes haitianos que llegaron a trabajar a las plantaciones azucareras en República Dominicana. Muchos ya son ancianos, que lamentablemente han vivido una vida completa en condiciones miserables.
También he trabajado el tema de la violencia contra las mujeres. Estoy convencido de que la fotografía tiene mucho que aportar, dando visibilidad a los temas donde ocurren injusticias sociales. Sobre el último punto, te cuento que con los años, en ciertas ocasiones, durante las coberturas, he ido haciendo fotografías de rincones o cosas que me llamen la atención de esos lugares en donde he estado. Unos disparos muy personales y ajenos absolutamente de lo que es la noticia y a la “obligada” presencia humana en las imágenes. Espero algún día convertir esas fotos que están repartidas en muchas carpetas, en alguna exhibición o un libre. Hasta ahora ha sido simplemente coleccionar fotografías en un trabajo sin límite. Me gustaría mucho poder llevar eso a buen término. Creo que sería muy satisfactorio poder concretar un trabajo así, alejado del fotoperiodismo.
¿Alguna vez has pensado trabajar como freelancer?
En realidad no. Siempre quise trabajar en una agencia de noticias, porque me gusta eso de dar cobertura a cosas que tengan cierto interés internacional. Me siento bastante cómodo trabajando en una agencia por ahora. ¿Cual podría ser el encargo que mayor satisfacción tanto a nivel personal como profesional te gustaría hacer? Podría decirte tal tema en el Amazonas o tal otro en África, pero no, es algo más sencillo. Cuando dejé Punta Arenas, para ir a estudiar fotografía a Santiago, nunca más regresé a mi ciudad natal. Ya convertido en fotógrafo profesional, siempre he soñado con regresar a la Patagonia y desarrollar un trabajo con los ovejeros de mi tierra. Esos que quedan aún trabajando en las Estancias. Esa remembranza ha estado siempre presente en este largo viaje. No se si será por encargo, o simplemente como un trabajo personal, pero sé que algún día lo haré.
¿Tienes referentes en el mundo del arte en los que buscas inspiración para tu trabajo o algún fotógrafo/a que te haya llamado la atención?
Suelo visitar museos, mirar mucho cine, especialmente independiente o europeo y también comprar diversos libros de fotografía. Los dos últimos que he comprado son libros de fotografías de lugares abandonados. Creo que la inspiración está por todos lados. En cuanto a fotógrafos y fotógrafas son varios, entre ellos John Stanmeyer, Jerome Sessini, Federico Ríos, Lynsey Addario, Adriana Zehbrauskas, Anush Babajanyan, Diana Markosian, Dina Litovsky. También me gustan mucho las fotografías que ha hecho Wim Wenders.
¿Que opinión te merece el nuevo documentalismo y las nuevas formas de contar historias a través de la imagen como herramienta trasformadora de la sociedad?
En general, me parece muy bien que hayan nuevas formas que ayuden a visibilizar realidades y nos permitan comprender el mundo, desde esos otros puntos de vista. Obviamente la necesidad de comunicar, de informar y de contar historias también tiene que estar en movimiento, como todo. En lo personal, me gusta más el documentalismo clásico, porque crecí como fotógrafo con esa formación, pero me parece muy bien que hayan nuevos lenguajes. Y ya es un hecho que esa forma de comunicación está muy presente, es cosa de ver la última edición del WPP para darnos cuenta cómo hasta esta organización ha tenido que ofrecer un espacio a este nuevo documentalismo. Hay trabajos que me gustan y otros que considero que se les va la mano. La fotografía está en constante evolución, y esto es parte de ese proceso. Creo que todo lo que sirva para rescatar la memoria, para mostrar vidas, para hacernos reflexionar, es muy válido.
¿Algún consejo para alguien que se esta iniciando en el mundo de la fotografía de prensa?
Lo más importante es mirar fotografías, muchas fotografías, buenas fotografías. Mirar a los grandes maestros y también a los contemporáneos. Seguir buenas cuentas de Instagram ayuda mucho. Hay que llenarse los ojos de buenas imágenes que te inspiren. También hay que estar siempre informado, de lo que vas a cubrir, para que tu fotografía tenga algo que decir. Y lo más importante, tener empatía con la gente.
¿Qué llevas en la bolsa de fotos y cuales han sido tus cámaras y ópticas favoritas? Siempre he usado los equipos que me han dado los medios donde he trabajado, así que nunca he comprado una cámara o un lente favorito. Afortunadamente, siempre he trabajado con equipos de buena calidad. Los que estoy usando ahora mismo es una Canon EOS 1DX Mark III, EOS 5D Mark III, 16 – 35 2.8, 24 – 70 2.8, 70 – 200 2.8, y un disco duro 4T. (Acá en Ucrania he tenido que agregar un botiquín al equipo) Si me comprara una personal, me gustaría la Fuji X100v. Esa serie que ha ido sacando Fuji son maravillosas.
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