Nicanor García, arquitecto y fotógrafo de viajes

 

En lo esencial, un arquitecto se dedica a ordenar espacios. En el caso del fotógrafo con su mirada ordena lo que ve. Ese proceso de búsqueda, selección y composición es muy similar.

 

Mientras estudiaba arquitectura, la fotografía era una herramienta que me permitía aprender en libros y revistas especializadas. Pero a la vez empecé a documentar los edificios que visitaba. Cuando pude realizar mis propios edificios, en ocasiones encargaba las fotos, pero otras veces las realizaba yo mismo.

 

Con la crisis de la construcción, que se inició en 2008, empecé a disponer de tiempo libre que dedicaba a realizar fotos urbanas y de arquitectura en mi ciudad (Barcelona). Al compartirlas en redes sociales empecé a recibir diferentes propuestas de proyectos fotográficos.

 

Al cabo de un tiempo decidí concentrarme en la fotografía y de eso hace ya 11 años. Aunque el trabajo de arquitecto también es apasionante, los proyectos de fotografía son más dinámicos, lo que al final fue un gran aliciente para decidir ese cambio. En un viaje para realizar un trabajo en Tokio, conocí a Shuko Kawase, que ahora es mi mujer y con la que hago equipo a la hora de realizar proyectos fotográficos. Shuko tiene formación en Bellas Artes y Fotografía, y nos encantan los viajes, las culturas y la arquitectura.

 

 

Principalmente desarrollo fotografía de viaje con acento en la arquitectura. Pero dependiendo del proyecto esto se balancea más hacia un tipo de fotografía u otro. La especialización es positiva, pero el mundo es demasiado grande como para encasillarse en un único tipo de fotografía. Suelo combinar la fotografía de calle, con la arquitectura y el paisaje urbano.

 

Desde mi punto de vista, lo importante es explicar de la mejor manera lo que requiere el proyecto fotográfico que estás desarrollando. Y este puede ser mostrar una ciudad, un país, un edificio o un festival. Trabajando con Shuko, quizás ella se balancea más hacia la fotografía de calle, mientras que yo doy algo más de peso a la de arquitectura. Lo que en conjunto hace una buena mezcla.

 

Cuando realizo reportajes estrictamente de arquitectura, en los que el objetivo es mostrar un edificio recién construido o histórico, busco mostrar su materialidad, sus espacios y sus relaciones internas y urbanas. Pero siempre atento a si surge algo excepcional durante la realización reportaje.

 

 

En este momento trabajo con una Fujifilm X-T4 y, posiblemente pronto, dé el salto a la Fujifilm X-H2. Desde mi primera Fujifilm, la X-T1, he tenido varios modelos de la serie X. Son cámaras pequeñas de fácil manejo y una calidad muy buena, que se ha ido incrementando modelo a modelo. Me resultan muy cómodas y disfruto utilizándolas, por su capacidad y versatilidad, pero también por su aspecto. Son como te imaginas que tiene que ser una cámara.

 

Junto al cuerpo utilizo 3 objetivos zoom Fujinon con un rango de focales que me dan mucho juego: el XF8-16mm f2.8 R LM WR, el XF16-55mm f2.8 R LM WR y el XF70-300mm f4-5.6 R LM OIS WR. Estas tres lentes (con una montada en el cuerpo) las puedo encajar en una bolsa bastante ajustada y forman mi equipo básico. Pero de viaje llevo una pequeña mochila extra con dos objetivos más luminosos: el XF56mm f1.2 R y el XF23mm f1.4 R, que me permiten aislar elementos, hacer retratos o fotografía de calle.

 

Para proyectos concretos también he utilizado la Fujifilm GFX50SII y la Fujifilm GFX100S, que son increíbles cámaras para paisaje, arquitectura o retrato, y cuando tienes claro que vas a imprimir tu trabajo. Con ellas he utilizado estas lentes Fujinon: GF20-35mm f4 R WR, GF35-70mm f4.5-5.6 WR y GF110mm f2 R LM WR. El 20-35mm me permite fotografiar arquitectura, lugares con poco espacio o paisajes. El 35-70mm es un gran todo terreno y el 110mm f2 lo utilizo de la misma forma que los objetivos luminosos de la serie X: aislar elementos, retratos…

 

Para el gran sensor que tienen son bastante compactas y ligeras. Esto me permite utilizarlas en las misma bolsa o mochila que las Fujifilm de la serie X.

 

 

En ambos tipos de fotografía el cambio de réflex a mirrorless me parece un gran avance al hacer que los equipos sean más ligeros y fáciles de manejar, y con los adaptadores de lentes se han abierto nuevas posibilidades. En el caso de la fotografía de arquitectura han aparecido más objetivos descentrables, o tilt-shift, y accesorios que hacen más sencillo realizar este tipo de fotografía. Hay diversas marcas que disponen de este tipo de objetivos como Canon o Nikon, a las que se han unido Samyang o Laowa. En septiembre Fujifilm anunció que están finalizando de desarrollar dos nuevos objetivos tilt-shift para sus cámaras GFX, que espero con mucha expectación.

 

En caso de no disponer de objetivo tilt-shift un gran angular es una buena alternativa. En los últimos años han aparecidos grandes angulares rectilíneos de varias marcas. Estos grandes angulares prácticamente no tienen distorsión óptica ni aberraciones. El software también ha ido incorporando nuevas herramientas de corrección geométrica y de perspectiva, dando la posibilidad a emular las fotografías realizadas con los objetivos tilt-shift. Todo esto en su conjunto ha hecho que la fotografía de arquitectura se haya popularizado y deje la posición de nicho tan delimitado como tenía en el pasado.

 

A nivel creativo, la fotografía de arquitectura se solía centrar en el puro espacio arquitectónico. Pero desde hace unos años se valora la incorporación del factor humano en algunas de las imágenes de un reportaje de arquitectura. Las personas en las fotografías de arquitectura además de dar escala, generan empatía al observador, ayudándole asituarse y a apreciar mejor la arquitectura fotografiada. Todas las fotografías suelen tener en cierto modo algún grado de dificultad.

 

Considero que en toda fotografía hay tres factores imprescindibles a superar: la composición, la luz y el momento. En la composición escogemos nuestra posición en el espacio para ordenar lo que aparecerá en el marco de la foto. De esa forma establecemos que relaciones habrá entre los elementos cercanos y lejanos de la perspectiva. En la fotografía de viaje o de calle, lo hacemos moviéndonos hasta que paramos y disparamos. En el caso de fotografiar arquitectura conviene utilizar un trípode. Esto nos permitirá establecer la relación entre nuestro punto de vista y el espacio con mayor precisión, además de controlar mejor los elementos o personas que aparezcan en movimiento en la imagen.

 

La luz es otro de los elementos vitales a considerar. Como la arquitectura es fija, hemos de esperar al momento oportuno para que la luz sea la que necesitamos. El amanecer o atardecer proporciona una luz suave en contrastes, que contribuye que el protagonista sea del edificio y no el juego de sombras que tendríamos en un mediodía. Pero si ese juego de sombras fuera pertinente tendríamos que esperar a la hora adecuada del día. El momento es el que nos da la oportunidad de capturar algo único. En fotografía de calle es vital pues hay cosas que solo ocurren una vez. En la fotografía de arquitectura no es tan determinante.

 

Además de esto la narrativa me parece esencial. Por encima de una fotografía está lo que estamos mostrando, documentando o explicando. El coordinar la serie de fotográfica tiene que estar siempre presente al disparar cada una de las imágenes.

 

El equipo no deja de ser el conjunto de herramientas que utilizamos para obtener el resultado que imaginamos como fotógrafos. Por lo que los primeros responsables de ese resultado somos nosotros mismos al escoger la cámara, los objetivos y los accesorios. Al escoger el equipo, lo mínimo e imprescindible que necesito es que produzca unas imágenes nítidas. También que sea fácil de utilizar y versátil. Si esto es así, durante la toma puedo centrarme en los aspectos creativos y que solo dependen de mi voluntad en relación a esa fotografía o proyecto fotográfico. Con todo esto puedes llegar a la edición con todas las opciones de conseguir aquella fotografía que esperabas.

 

La fotografía es una afición (o trabajo) de largo recorrido, por lo que mantener la motivación y tener perseverancia hará que puedas ir aprendiendo y mejorando. El hecho de destacar le llegará a cada uno dejándose guiar por su propia intuición y trabajando con constancia.

 

 

Es difícil imaginárselo de forma concreta. La velocidad, los megapíxeles y el almacenamiento de las cámaras cada vez se están optimizando más. Por ejemplo, las Fujifilm X-H2 y X-H2S representan un salto cualitativo muy importante a anteriores modelos de la marca. La miniaturización de componentes, la investigación en nuevos materiales y el desarrollo de la inteligencia artificial supongo que poco a poco irán definiendo la fotografía del futuro. En cualquier caso, espero que sin perder la esencia de lo que es una cámara fotográfica, estas vayan mejorando su interface y experiencia de usuario para que prevalezca por encima de todo el trabajo creativo de cada fotógrafo.

 

Las redes sociales son la manera más efectiva que tenemos hoy día de mostrar nuestro trabajo y conocer con facilidad y rapidez lo que otros fotógrafos están haciendo. En mi caso, cuando empecé como fotógrafo, han sido muy importantes para mostrar el potencial que tenía y más adelante para ir mostrando mis diferentes trabajos. Veo la postproducción como una continuación del proceso de fotografiar que comienza con la toma. En todas mis fotografías hago una edición básica ajustando la luz y el color. En algunas imágenes necesito corregir algún aspecto geométrico o de perspectiva para que la fotografía se muestre tal como la percibí en la realidad. En otras ocasiones, hay elementos temporales que esperando se llegarían a corregir en la realidad, pero al tener ese tiempo corrijo a posteriori. En cualquier caso, siempre intento mantengo una relación directa con la realidad y la emoción que tuve al hacer la toma.

 

Admiro el trabajo de referentes de la fotografía de arquitectura como Ezra Stoller, Julius Shulmann o Balthazar Korab. Gracias a ellos, y muchos más, mientras aprendía arquitectura fui aprendiendo también fotografía. También destacaría a Francesc Catalá Roca, Steve McCurry, Sebastião Salgado, Saul Leiter… De tanto en tanto revisito sus fotografías y siempre aprendo algo nuevo. Pero también me resulta interesante ver en que están trabajando fotógrafos contemporáneos. Por ejemplo, aprendo mucho viendo las fotografías de Shuko Kawase, mi mujer. Además, tiene la ventaja que podemos comentarlo.

 

 

A principios de 2022, Shuko y yo, quedamos finalistas del GFX Challenge Grant Program 2021 y pudimos desarrollar nuestro proyecto gracias al apoyo de Fujifilm España. El proyecto lo desarrollamos en Petra, donde estuvimos fotografiando diferentes aspectos que consideramos clave para entender ese lugar bajo el título: Petra. Piedra, Agua y Gente.

 

Estos últimos meses hemos estado preparando una exposición del proyecto en la nueva sala de Wonder Photo Shop de Fujifilm en Barcelona. Estará abierta entre finales de diciembre hasta finales de enero de 2023.

 

Recientemente también viajamos a Japón donde visitamos la prefectura de Wakayama. Allí hay una red de rutas de peregrinación, llamada Kumano Kodo, que junto al Camino de Santiago son las dos únicas rutas que están dentro de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.