+16 Cristóbal Manuel
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Las buenas imágenes siempre encontrarán su lugar.
Ciudad Tristeza
Por Nacho Izquierdo
Fotógrafo y editor en el diario en EL PAÍS desde 1985 hasta 2022. Ha cubierto todo tipo de informaciones, locales, nacionales e internacionales para todas las secciones y suplementos del periódico. Fue responsable de la edición gráfica de los suplementos TENTACIONES y EL VIAJERO entre 2000 y 2004. Premio Ortega y Gasset 2011 por una imagen durante la cobertura del terremoto de Haití en 2010. Redactor jefe de fotografía del 2018 al 2022 y profesor del máster de periodismo.
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¿Cómo definirías tu forma de fotografiar?
Fotografío de forma intuitiva y por pura necesidad vital. Influenciado por el compromiso documental del fotoperiodista que soy, pero desde mi inevitable óptica personal.
Estas fotos son fruto de muchos años recorriendo las calles, en tus imágenes podemos apreciar situaciones que van marcando la historia de un país, ¿qué es lo que nos quieres contar con este ensayo?
Son parte de mi serie ‘Ciudad Tristeza’. Como sentía yo la existencia de la sociedad de mi entorno en ese momento. Esa parte de la sociedad que a pesar de ser mayoría no pasa a la “Historia” de su país, que no aparecen en las portada de los periódicos salvo que sean víctimas de una desgracia sensacionalista.
Durante tu larga trayectoria como redactor gráfico y jefe de fotografía del diario El País, el decidir que fotos seleccionar, de tu trabajo, ¿te resulta más fácil o la autocrítica es feroz?
Soy muy exigente con mi trabajo y también con el de los demás. No me cuesta editarme a mí mismo. Nadie como yo va a saber que y cómo quiero contar una historia. Pero cuando entregas un trabajo a un medio la cosa es diferente, este se convierte en el responsable de su edición. Así que los/as autores/as tienen que decidir en quién confiar. Por esta razón es muy importante que los medios cuenten con buenos/as y honestos/as editores/as que den esa confianza necesaria a los/as fotógrafos/as.
Todas estas fotografías están hechas con película, ¿cómo influye en tu trabajo a la hora de la toma?
Maravillosamente bien. La fotografía con película te obliga a reflexionar más, a mirar mejor, a tener más claro el momento del disparo. Te exige mucha concentración y no te roba el tiempo de mirar por la pantallita. Y a la hora de editar te facilita las cosas porque hay menos imágenes. Por supuesto no es mejor trabajar con película que con digital, este debate, hoy sería ridículo, pero si recomiendo disparar de vez en cuando con película, aunque sea a modo de entrenamiento, es un buen ejercicio para desarrollar ese virtuosismo necesario con el que conseguir la excelencia.
¿Cuáles son las características que consideras necesarias para que una imagen tenga un valor especial?
Autenticidad, sinceridad, y capacidad de emocionar.
En este ensayo podemos denotar un halo de melancolía. ¿Es la fotografía de alguna manera un espejo de nuestra personalidad?
Totalmente. El ensayo es un reflejo de mi personalidad, de mis preocupaciones y de mi forma de pensar en ese momento.
¿Cuándo editas un trabajo, buscas que exista una coherencia entre las fotos o que cada una hable por sí sola?
Las dos cosas. Soy un fanático de las fotos de síntesis, siempre busco imágenes que por sí solas cuenten toda la historia, pero esto no siempre es posible y no siempre es bueno. Para un diario de papel es perfecto pero no para el resto de medios que necesiten más imágenes. Yo siempre he trabajado buscando esa imagen y en la búsqueda iban saliendo esas que luego me servirían de apoyo para el reportaje. Hay que tener claro desde el principio que tipo de relato vas a construir, si es un relato largo como el de una fotogalería, no tiene por qué haber ni una sola imagen de síntesis, este es un cometido del conjunto. A menudo como editor me he encontrado con trabajos excelentes de este tipo, de pronto el medio ha decidido llevar una imagen a la cover y me ha sido imposible extraer una sola foto. Creo que es bueno tener esto en cuenta. El caso de las series como CIUDAD TRISTEZA es diferente, cada una cuenta una historia completa, en su día fueron concebidas como imágenes de síntesis cada una. Pero con el tiempo descubres que hay coherencia entre ellas y que juntas componen una historia más extensa.
¿Hacia dónde crees que avanza la fotografía y cómo crees que será en el futuro?
El fácil acceso a la fotografía doméstica y el empacho de imágenes a través de las redes sociales, ha creado confusión entre los/as amantes de la fotografía, pero finalmente la sociedad aprenderá a diferenciar, como ha ocurrido en otras disciplinas artísticas, lo banal de lo necesario. Los/as buenos/as fotógrafos/as no tienen nada que temer. Las buenas imágenes siempre encontrarán su lugar.
¿En qué proyectos te encuentras trabajando ahora?
He vuelto a coger mi Leica M6 y ando buscando. No me va a resultar sencillo, casi siempre he trabajado por encargo, y he aprovechado esto para acceder a experiencias que me permitían expresar mis propias emociones. Estoy un poco perdido, pero seguro de que encontraré el camino.
¿Quiénes son tus fotógrafos/as favoritos/as?
El primer libro de fotografía que llegó a mis manos fue “The lines of my hand” de Robert Frank y este fue siempre mi gran referencia. Luego me gustaron muchos otros, como Koudelka, Cristina García Rodero, Juantxu Rodríguez, Marco Pesaresi u otros bien distintos como Martin Parr o Philip-Lorca diCorcia, pero los que más me han marcado y ayudado a encontrarme a mí mismo son mis coetáneos y amigos, los compañeros de mi periódico o de la sana competencia como Susana Vera, Alberto Di Lolli, Pedro Armestre, Emilio Morenatti, Juan Medina y otros creadores de fuera de la prensa como Txema Salvans o Fede Serra…
Equipos:
Cámaras: Nikon FM2, F4
Óptica: Nikkor, 28, 35, 50 y 80-200
Película: T-MAX 400 y 1600-3200
Sitios Web:
