Leleo Lopes: Mirar en tránsito, el poder del momento presente del ser

Mirar en tránsito: el poder del momento presente del ser

Por Leleo Lopes

La fotografía callejera no es sólo un registro, sino un gesto. Entiendo esto con la profundidad de alguien que construye una relación, desarrollando una conexión con el momento fugaz. Mis imágenes no surgen de la búsqueda de lo extraordinario, sino del inevitable encuentro con el mundo. De estar presente en la vida. Y a veces simplemente miras, mientras que otras veces ves. Saramago decía: “Si puedes mirar, observa. Si puedes ver, observa”.

Como nos enseña Maurice Merleau-Ponty, ver no es sólo un acto mecánico, sino un proceso subjetivo y corporal. Afirma: “Ver es captar algo del mundo, pero ver es sumergirnos en él, dándonos cuenta de que somos parte de lo que observamos”. Sin embargo, no siempre estamos donde debemos estar y no siempre nos quedamos el tiempo suficiente para alcanzar una comprensión profunda. Aún así, tomamos la fotografía. De eso se trata la fotografía callejera: no tengo la responsabilidad de decir una verdad absoluta, sino de expresar lo que vi cuando pasé por ese lugar.
Caminar es esencial. Así como el flâneur no sólo camina, sino que se pierde, se disuelve en la ciudad. Poco a poco, comienza a ver más allá de las fachadas, a leer los huecos y los gestos no planificados. El flâneur y el fotógrafo callejero comparten este mismo espacio como casa y comparten una atención singular, una manera de observar y leer el mundo que los acerca. En ambos casos es necesario abrir los sentidos, no sólo para ver y percibir, sino para dejarse afectar por el momento.

Y en ese cruce se produce el clic. Pero la fotografía callejera se trata de esperar. Lo inesperado puede pasar desapercibido para nuestros ojos, puede suceder demasiado rápido para que la cámara lo capte. Aún así, la imagen existe, porque la admiración se mantiene en la memoria y no se pierde.

Hay un poder en la naturalidad de una composición que no se comprende del todo y nunca se agota. A veces es la primera foto la que captura el momento; En otros, las personas cambian, cuentan otra historia, crean una nueva imagen, revelando otra forma de componer. Los registros nos hablan incluso antes de pedir permiso: los gestos casuales de los transeúntes, la luz interrumpida por las sombras, la yuxtaposición entre un cuerpo en movimiento y un coche parado, el escenario que espera al personaje. Cada fotografía revela lo que siempre estuvo ahí, esperando ser visto. La calle es un escenario donde las escenas se desarrollan sin ensayo ni dirección, en un flujo continuo de ausencias y encuentros.

En las imágenes, la calle se revela como un organismo vivo. La prisa se congela, el silencio toma forma, los ruidos se traducen en colores y sombras. La fotografía callejera es una invitación a la escucha visual, pero también a la entrega de los sentidos. Veo el momento como un acontecimiento singular, pero que siempre está ahí, listo para ser redescubierto en una nueva entrada hacia lo que antes no existía y siempre ha existido.

La imagen aparece ante el fotógrafo mostrando que lo más importante es el camino recorrido. La fotografía es un estado de atención y admiración por la vida, sin importar el lugar. Su impacto surge de la revelación de lo que se manifiesta a lo largo del camino, a través del vivo impulso de fotografiar incluso sin la fotografía presente en la cámara.

Acerca del autor:

Fotógrafo residente en Ouro Preto, Minas Gerais, Brasil. Desde los 11 años narra su recorrido que comenzó en 2007 cuando empezó a capturar escenas sin equipo. Adquiere su primera cámara en 2008, explorando varias ciudades y reflexionando sobre el poder de la fotografía. Haciendo hincapié en la fluidez de las imágenes, evita las explicaciones excesivas y abraza el silencio en la observación. Reflexionando sobre la indefinición del acto de fotografiar, de ser y estar presente, concluye valorando la apreciación sin etiquetas y la comprensión de los demás a través de las imágenes.

Links:

@leleolopes

www.leleolopesfotografia.com