Desde el año 1990 que la Escuela de Fotografía del Instituto Profesional ARCOS está presente en la formación de fotógrafas/os en Chile, asumiendo las exigencias del mercado y la tecnología para fomentar la innovación y la productividad como también de los desafíos socio-culturales que nos plantea el país. Un número importante de fotógrafos/as han trascendido con su trabajo creativo y reflexivo, tanto a nivel nacional como internacional. Las/os estudiantes tienen una formación completa que contempla diversos aspectos técnicos, teóricos y creativos, todo ello volcado al desarrollo de proyectos fotográficos expresados en las distintas posibilidades que tiene la imagen, como la fotografía publicitaria, periodística y autoral.
La Escuela de Fotografía se ha propuesto, desde sus inicios, ser una contribución a las culturas, las artes y las comunicaciones del país y la sociedad en su conjunto. Por ello, sus estudiantes desarrollan una particular mirada de la realidad que les permite construir diversos mundos a través de la fotografía, problematizar de manera crítica la imagen con bases reflexivas e históricas y aportar a la construcción de la memoria.
Su sede en Valparaíso, con un particular entorno, permea, sin duda alguna, la poética y narrativa de la producción fotográfica de las/os autores.
La fotografía y el sentir
Por Valentina Mendoza
Me interesa la fotografía desde una mirada y un espíritu romántico –como aquel del siglo XIX-, donde esa fotografía perturbe la mirada del espectador al mostrar imágenes no tan descriptivas si no más bien espirituales. Espacios visuales donde el desenfoque o las condiciones atmosféricas impidan la fácil mirada y por tanto el espectador tenga que profundizar en la imagen más que desde el intelecto, desde el sentimiento y ello nos permita indagar en nuestros sentires y devenires.
Busco a través de la imagen provocar una tormenta de pasiones que transmitan una visión personal y subjetiva, para que desde ahí detone la catarsis y quizás la sanación de vivir en una sociedad desigual y violenta como la de hoy. La imagen y los paisajes pueden decirnos mucho sobre el sentir humano, pues, tal como la naturaleza, la historia, los procesos emocionales y sociales son cíclicos.
En este sentido es que nace AGÓN, un proyecto de título que nace en el corazón de la pandemia del covid, obligando de cierta manera a improvisar con los procesos creativos para crear algo significativo. Asimismo este trabajo busca demostrar algo que fue pieza clave en el transcurso de la pandemia, la salud mental. La cual incluso antes de todo era invisibilizada de cierta forma.
Es por esto que AGÓN busca representar visualmente procesos emocionales, los cuales derivaron en la experimentación de los tiempos de exposición, el ser físico (autorretrato) y la doble exposición, procesos que se volvieron pieza clave en la representación del sentir propio, ya que estos procesos lograban recrear de manera tangible la experimentación del ser. Permitiendo mezclar la dualidad de lo subjetivo y lo real, induciendo al espectador entre la delgada línea de lo tangible e intangible. Reflejando de esta manera una mezcla de mundos tangibles que sobrepuestos uno sobre el otro representan aquellos mundos mentales ocultos en el sentir.
Es por esto que mediante investigación se logra (a pesar de lo lejano que ambos conceptos parecen) encontrar una similitud entre la multi exposición y la disociación, la cual yace en las capas. Ya que en ambos razonamientos nos encontramos con una ilusión de realidad que no es más que la super posición de sentires que conforman realidades únicas, las cuales son difícil de ser expresadas a simple vista.
Estas imágenes buscan tangibilizar y representar mis estados disociativos provocados por el sin fin de traumas no atendidos. Supone la encarnación de la lejanía mental sobre la realidad como una alternativa de poder alejarse del daño, creando escenarios difusos en los cuales es permitido sub existir con el dolor provocado por la sociedad. Sin embargo, con el paso de los años he notado que estos escenarios son un arma de doble filo, pues, al afectar la mentalidad, muchas veces creé “refugios” que más que otorgar esperanza, me contenían en lugares oscuros, donde la muerte y la desesperanza eran la única compañía y la felicidad era un panorama irreal.
Por lo tanto, mediante este proyecto busco visualizar un problema que es mucho más común de lo que parece, y es en este sentido que espero que mis imágenes lleguen y se vuelvan una manera de cobijarse o entender los procesos por los que pasamos cuando no estamos mentalmente estables.
Canto Lejano
Por Paula Salazar
Sensibilidad, calma, naturaleza, feminidad, amor y delicadeza son algunos de los conceptos que describen el trabajo de Paula Salazar que hace bajo el seudónimo de Canto Lejano.
Canto Lejano es un proyecto que refleja el imaginario y la mirada de la fotógrafa, el cual parte aproximadamente el año dos mil dieciocho, como una búsqueda de expresar algo a través del arte de la fotografía. Paula, en ese entonces, estaba empezando su carrera fotográfica y se encontraba averiguando su estilo propio e investigando qué era lo que ella quería transmitir a través de su obra. Siempre fue amante de la poesía y de la música y todo este “juego” partió intentando reflejar extractos de poemas o de canciones en sus fotografías. De hecho, el nombre del proyecto es parte de una frase que aparece en el poema “Los ojos” de la poeta argentina Alejandra Pizarnik.
Luna Blanca Regente
Por Marcela Cantillano
www.instagram.com/marcantillano_
Desde la antigüedad se ha hablado sobre el vínculo de la Luna con la vida, incluyendo en esto al humano, como ser físico y mental emocional. Pero, a pesar de que la Luna nos afecte a todos; somos las mujeres quienes obtenemos un ciclo físico y constante al igual que la Luna. De esta manera nos damos cuenta de una estrecha relación entre nosotras y nuestras fases.
Cuerpo y energía cambian a lo largo del ciclo, de la misma forma que cambia la luna sus fases.
Ciclos lunares y menstruales, se sincronizan así, para complementarnos y resguardarnos, dentro de un cotidiano, el cual, en una realidad actual, no deja espacio para poder respetarnos, ya sea en tiempo y estados; situación que nos impone y/o enseña la sociedad en cuanto a menstruación se trata, mirado como símbolo muchas veces de debilidad y también algo negativo que hay que ocultar, en lugar de comprender la importancia de la interiorización del funcionamiento de nuestros ciclos, y así reconocer el valor de la mujer en su estado más espiritual.
El ciclo de la Luna Blanca. En la mitología, siempre se ha creído en el paralelismo de ciclo femenino y el ciclo lunar; conectándolos entre fases otorgándole a cada fase compuesta por una fase lunar y menstrual, un arquetipo o Diosa lunar, cada una construida por emociones y sentires característicos; algunos serán estados de transición y otros de equilibrio. Para mejor comprensión, describiremos el detalle determinante de estas fases, caracterizadas por estas Diosas que son parte de cada una de nosotras.
Des_Composición
Por Fernanda Quiroga
Proyecto fotográfico autoral de carácter reflexivo, contemplativo e investigativo que busca profundizar en los conceptos de autoconocimiento y autoanálisis mediante la imagen, con el fin de generar cuestionamientos e introspección a lo que respecta nuestra individualidad y cómo ésta repercute en un otro.
Mediante toques filosóficos, psicológicos y visuales se analiza la importancia del pensamiento propio y consciente, utilizando en este caso, mi propia mente como objeto de estudio, teniendo como finalidad conectar el plano mental con lo visual, respondiendo si la fotografía autoral es una herramienta que propicia esta experiencia.
A través de un relato de vivencias propias como autora, construyo un paisaje a través de la técnica del políptico, siendo éste utilizado como reflejo de los distintos escenarios habitados en el proceso de autoconocimiento, donde voluntariamente existe una disposición a navegar y representar esos lugares lúgubres y poco agradables de ver, donde a través del enfrentamiento y la destrucción de quién soy en el presente -como si fuese un rompecabezas- comienzo a reconstruir el pasado; seleccionando, reflexionando y uniendo recuerdos, con el objetivo de resignificar las propias experiencias, invitando a generar nuevas perspectivas de lo que uno fue y es hoy en día.
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