Shuko Kawase: fotógrafa y pintora

 

Me interesa fotografiar el mundo tal como es, y a ser posible mostrando a las personas que viven en él. Me gusta prestar atención sobre momentos en que las personas están centradas en lo que están viviendo e intentar pasar desapercibida con mi cámara. De esos momentos prefiero los momentos con acción, por ejemplo, personas paseando, corriendo, con su mascota, en bicicleta o patinete, o simplemente caminando por la ciudad charlando y gesticulando. Me gusta ver como cada uno es diferente en su contexto, y a la vez todo lo común que tenemos las personas de cualquier lugar. Opino que el mundo se puede conectar a través de la fotografía, relacionando personas con los gestos que nos hacen comunes y los que nos identifican personalmente a cada uno.

 

Es probable que haya algunos fotógrafos que también se dediquen a la pintura, pero no creo que sean muchos. Cada una de estas actividades es demasiado intensa para que sean practicadas simultáneamente a un alto nivel. La otra opción es dividir el tiempo. Pienso que ambas disciplinas tienen en común la reflexión sobre el mundo y que a través de la mirada reconstruyen paisajes tanto exteriores como interiores. Opino que la fotografía requiere más actividad física pues necesitas estar en un lugar concreto. En cambio la pintura es un proceso que se puede desligar del lugar, puedes utilizar referencias o tu memoria. De alguna manera una actividad es más extrovertida y la otra más introspectiva. Aunque depende de como también se podría interpretar de manera contraria. Los artistas necesitan un cierto equilibrio en sus vidas creativas, y para algunos puede ser agobiante limitarse a una sola forma de expresión. Siempre pienso que la formación transversal te hace más fuerte creativamente. Cuando regresas a la actividad inicial ya te has convertido en una nueva versión de ti mismo, ya que el tránsito entre técnicas te va haciendo ver nuevos aspectos que te van renovando.

Desde hace un tiempo que no estoy pintando diariamente, pero durante muchos años experimenté cotidianamente ese estilo de vida. De esa experiencia y hábito me ha quedado que siempre recurro a la técnica pictórica a la hora de fotografiar. Constantemente estoy “pintando” en mi mente, reconociendo las formas de manera abstracta, traduciendo las observaciones en texturas, formas o líneas, sintiendo la composición y el estado de ánimo de cada escena y situación que estoy explorando. En efecto, la pintura ha marcado mi manera de mirar y analizar lo que veo y buscando diferentes maneras de traducir la información visual en fotografías. Cada escena puede resolverse y expresarse de muchas formas diferentes para así convertirse en una “obra terminada” que pueda ser compartida, y aquí es donde entra la pintura en donde todo tiene solución, pues puedes desviarte de la realidad estricta para darla por cerrada. Si cometes un error, puedes probar de nuevo hasta resolver la imagen. Todo se puede ir trabajando para lograr una imagen con sentido y que sea presentable. Esto me es de gran ayuda en situaciones laborales. Por ejemplo, trabajando junto a Nicanor García, mi esposo, al realizar algún proyecto fotográfico y necesitamos desarrollar un conjunto de fotografías que explique y funcione. Mi formación y experiencia en pintura me da la seguridad de que podremos lograr imágenes que sean aceptables estéticamente y que a la vez encajen con lo que buscábamos en un inicio.

Durante un viaje, además de interesarme los lugares emblemáticos (o de postal) valoro mucho las actividades que se pueden realizar en esos destinos. De alguna forma me interesa mostrar la experiencia en relación al lugar y romper la foto arquetípica para hacerla más personal, viendo ese lugar desde un punto de vista único y diferente. Esto puede tomar más tiempo que simplemente mostrar lo conocido. Y cuando ese tiempo es escaso y limitado recurro a planificar primero y luego a hacer muchas tomas que me permitan luego explicar ese lugar a través de las actividades fotografiadas. En última instancia, es bueno tener una combinación de fotos, incluidas imágenes de actividades con las que las personas puedan identificarse. Esas actividades pueden ser de otras personas encontradas allí o mías o de Nicanor haciendo algo en un momento del viaje.

 

Más que un secreto lo que considero clave es imaginar tu viaje. Eso te ayuda a planificar y aprovechar el tiempo en lo que más te interesa y evitar los contratiempos. El establecer un plan te da una pauta, pero en base a ella luego puedes improvisar según la marcha del viaje. Es importante preparar un mapa. Junto con Nicanor, pasamos mucho tiempo investigando y elaborando mapas de los lugares que queremos explorar. Pero también de áreas de descanso cercanas o restaurantes que si no tienes en cuenta te van a quitar mucho tiempo si no los tienes previsto de antemano. Igualmente es importante preparar el equipo específico que tienes intención de utilizar durante el proyecto fotográfico. De nuevo, es bueno imaginar en qué situaciones te vas a encontrar, si necesitas algún accesorio que no tienes o prever piezas de recambio. Por ejemplo, aunque el trípode es importante para mí, un soporte en L me da mucho más juego y estabilidad al utilizar mi cámara. Revisar que llevas las llaves necesarias y tornillos de repuesto te puede salvar de no poder utilizar tus accesorios. Por experiencia, perder un simple tornillo, si no has previsto el recambio, te puede llevar a tener restricciones a la hora de hacer las fotografías que estabas imaginando.

Creo que las redes sociales son un factor de motivación para crear fotos “terminadas” y además compartirlas. El presentar el trabajo públicamente puede generar oportunidades y actividad para dar charlas, enseñar y tener exhibiciones. Las redes sociales pueden ser una herramienta, un trampolín para lograr cosas en el mundo real. Para la generación más joven que creció con ellas, se puede llegar a confundir el éxito en redes sociales con éxito en la vida real. Pero creo firmemente que nunca podemos depender de las aplicaciones que otras personas o empresas han creado. Debemos ser conscientes de que podría desaparecer en cualquier momento, y lo que has construido fuera de las redes sociales siempre tiene valor. Por ejemplo, un sitio web o blog creado durante un largo período de tiempo podría ser valioso porque es tu propio espacio digital personal y lo controlas tú mismo.

Una cámara siempre debería sentirse bien en las manos, que encaje bien y que tengas la necesidad de tenerla contigo. No ha de sentirse pesada, de modo que siempre estés dispuesto a llevarla contigo. Al pensar en el equipo y la cámara, estaría bien hacerse algunas preguntas:

Generalmente, hacemos dos tipos de viajes. El primer tipo es en base a un trabajo, que puede ser para promocionar un lugar, un evento o un producto. El segundo tipo de viaje es de carácter personal, donde buscamos explorar un destino que nos interese y ese descubrimiento nos permite avanzar fotográficamente y expandir nuestros portafolios. En nuestro último viaje a Japón en noviembre de 2022 pude llevar dos cámaras en mi mochila. Tuve prestada la GFX 50SII y el objetivo de 35-70 mm de Fujifilm España. Nicanor también tenía una cámara de la serie GFX porque nos gustaría tener una exposición conjunta de las fotos de Japón en el futuro. Pensando en el objetivo final de producir impresiones de alta calidad, necesitábamos tener cámaras de formato medio. La otra cámara en mi mochila era la que uso desde hace dos años, la X-S10, más tres lentes: XF55-200mm F3.5-4.8 R LM OIS, XF10-24mm F4 R OIS y la XF56mm F1.2 R. Con este equipo principalmente tomé fotos y videos para historias de redes sociales y ocasionalmente alguna publicación.

 

 

Tengo una conexión personal o recuerdos de algunos de los países que he elegido visitar: Japón porque soy originaria de allí, aunque me fui de niña; Francia porque estudié durante un año en la época de la universidad y pasé algunos años estudiando el idioma; Alemania porque viví en Frankfurt con mi familia durante un par de años cuando tenía diez años. Por motivos de trabajo o proyectos o eventos relacionados con el trabajo, Nicanor y yo hemos estado en algunos países inesperados en un primer momento: Jordania, Arabia Saudita, Turquía, Qatar, China, Irlanda del Norte, República Dominicana, Italia, Portugal, Dinamarca. Pero me encantaría visitar algunos países “nuevos”: Noruega, Finlandia, Croacia, Azerbaiyán, Vietnam, Camboya, Ecuador.

 

Acabamos de terminar la exposición de nuestro proyecto “Petra. Piedra, Agua y Gente” en la nueva galería de Wonder Photo Shop Barcelona. En la primavera de 2022, Nicanor y yo fuimos elegidos como finalistas del Fujifilm GFX Challenge Grant Program 2021, y con el apoyo de Fujifilm España pudimos llevar a cabo nuestro proyecto de fotografía y video en Petra, Jordania, en mayo de 2022. Actualmente estamos buscando una manera de documentar parte del Camino de Santiago porque acabamos de experimentar la ruta de peregrinación de hermanos en la prefectura de Wakayama, Japón, llamada Kumano Kodo. Las dos rutas de peregrinación son las únicas en el mundo designadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

 

Al crecer cerca de Nueva York, tuve la oportunidad de ver una retrospectiva de la fotografía de Richard Avedon, donde también tuve la oportunidad de verlo hablar en persona. Esa experiencia me ha influenciado mucho a lo largo del tiempo y la posibilidad de ver impresiones de alta calidad que eran más grandes que la vida en sí misma. La variedad de su obra me impresionó, tanto su fotografía de moda como sus retratos de personas. Mi consejo para los fotógrafos jóvenes es considerar la fotografía como una práctica de por vida. Cada año es un nuevo período de tiempo para avanzar lentamente: tomar fotos, aprender sobre fotografía, mirar nuevos equipos, asistir a exposiciones y conferencias, participar en concursos, imprimir fotos, crear una presencia en línea. ¡No es posible hacerlo todo a la vez!

Con las cámaras Fujifilm, puedes mejorar tu práctica fotográfica. ¡Y digo esto porque personalmente he podido entender mucho mejor la fotografía en los últimos 7 años, durante los cuales solo he estado usando cámaras Fujifilm! Empecé con la X-T10 en 2016. Era una cámara pequeña, liviana y poco intimidante. Luego me cambié a la X-T2 en 2018. Se sentía más sólida y con ella aprendí mucho. Tomé prestada la X-T30 durante unos meses en 2019. Después de eso, llegó la X-S10 a finales de 2020. De hecho, fue una sorpresa maravillosa porque la nueva tecnología la convirtió en una cámara más fuerte que la X-T2. Estaba encantado. Y luego, 2022 fue un año especial porque trabajé mucho con cámaras que no eran mías: la X-T4 y la GFX 50SII. La calidad de las imágenes tomadas con la cámara GFX me impresionó, y también pude ver la calidad de impresión de las fotos en nuestra exposición. Siempre me han gustado las impresiones, así que desarrollé un apego a la cámara de formato medio. Es sencillo cambiar de cámara dentro de la serie X o GFX pues los menús se mantienen. Las simulaciones de películas son fabulosas y es posible desarrollar un portfolio maravilloso utilizando los colores de Fujifilm. No puedo dejar de recomendar el sistema Fujifilm y espero seguir creciendo con estas cámaras. Por último, tengo que mencionar la cámara Fujifilm Instax mini Evo que tengo porque me ha dado muchas alegrías y conexiones con la gente.