La Vicaría de la Solidaridad fue una instancia creada en Chile por el cardenal Raúl Silva Henríquez bajo el alero de la iglesia para apoyar a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y a sus familias durante el gobierno militar. En esta organización, el fotógrafo Luis Navarro realizó una labor fundamental, lo que le valió estar bajo amenaza constante y varias detenciones. En entrevista con CAPTION revisa lo que han sido cinco décadas de continuo trabajo en la fotografía, a la que considera su “fiel compañera”.
Entrevista: Nacho Izquierdo y Luiz Sánchez
Reproducción digital: José Luis Rissetti
El 11 de marzo de 1981 se celebró en la catedral de Santiago un Te Deum con motivo de la entrada en vigor de la Constitución Política del Estado de Chile, creada bajo el gobierno de Augusto Pinochet Ugarte. Al finalizar la homilía -presidida por el cardenal Raúl Silva Henríquez en un momento de máxima tensión en las relaciones entre la iglesia y el gobierno militar por las violaciones a los derechos humanos- un fotógrafo siguió a Pinochet hasta La Moneda.
Su misión era tomar una imagen del dictador entrando por la puerta principal para la portada de la revista Solidaridad, cuyo titular sería “Una Democracia a espaldas del pueblo”.
Se acercó lo que más pudo, tenía una cámara con un lente normal, alcanzó a apretar cinco veces el disparador hasta que sintió una pistola en su pecho y otra en su espalda. En ese momento Luis Navarro Vega fue detenido por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI) y llevado a un bus de Carabineros, donde le quitaron todos sus implementos, luego lo subieron a un automóvil -no sin forcejear con sus captores- y lo trasladaron al cuartel Borgoño, cerca de la Estación Mapocho, un lugar de detención clandestina que paradójicamente él había descubierto como parte del trabajo realizado en la Vicaría de la Solidaridad.
Su llegada a la Vicaría
Luis Navarro (82) recuerda que su pasión por la fotografía comienza un poco antes del golpe militar de 1973 “porque yo estudié pintura en realidad, estudié muy poca fotografía, vale decir, seguí un curso de la municipalidad de Antofagasta (su ciudad natal). Siempre me interesó, sobre todo porque soy amante del cine. Como soy el menor de una familia de seis, mis hermanos me llevaban al cine a muy temprana edad y en una ciudad, como son las ciudades fuera de Santiago o más chicas, la gente se hace amiga del portero y entraba a películas que no me correspondía por edad. Vi todos los géneros habidos y por haber”. Eso le permitió familiarizarse con aspectos como la iluminación, el encuadre y la composición.
