Cristian Ochoa
En cinco años la vida de Cristian Ochoa -oriundo de la ciudad de Los Lagos (Región de Los Ríos)- ha cambiado gracias a la fotografía. Dejó su profesión para dedicarse a lo que lo apasiona y ahora, con proyectos más autorales, está centrado en iniciativas de largo plazo.
“Mi interés recae en el ensayo fotográfico documental, con énfasis en temas medioambientales y sociales (migración/identidad/género). El trabajo está fuertemente ligado a lo comunitario, pedagógico y a la intervención en el espacio público”.
Así resume Cristian Ochoa en su sitio (www.cristianochoa.com) lo que lo lleva a capturar al mundo a través el lente de su cámara, un trabajo que comenzó casi por casualidad mientras estudiaba Ingeniería Civil en Obras Civiles en la Universidad Austral de Chile (Valdivia).
“Le compré una cámara (Zenith) a una amiga, luego hice un breve taller con Abel Lagos (fotógrafo valdiviano), solamente para admirar como se hacía el trabajo analógico”. Pero fue mucho después, cuando ejercía su profesión, que redescubrió este arte. Compró una cámara digital e hizo un taller de fotografía documental y de ahí en adelante su vida cambió, dejó la ingeniería y se dedicó por completo a la fotografía.
Su primer proyecto tuvo como propósito registrar la vida cotidiana de un circo de transformistas en Antofagasta que trabaja en poblaciones periféricas. Así nace “Noche de Estrellas”, iniciativa que fue premiada como mejor reportaje en la categoría “Cultura y Espectáculos” en el Salón Nacional de Fotografía “Fotoprensa 2015”. Posteriormente Ochoa recibió otro reconocimiento en la categoría “Revisión de Portafolios” del Festival Internacional de Fotografía de Valparaíso, FIFV 2017.
Su segundo libro se titula “El Sueño Sudamericano” y está centrado en la migración colombiana en Antofagasta. Este trabajo le ha permitido realizar varias exposiciones en Chile, Bolivia, Brasil y Uruguay, así como talleres y actividades comunitarias. “Gracias este segundo proyecto no volví a la ingeniería”, señala.
“Yo creo que al principio partí muy fotoperiodista clásico y al año estaba cambiando el chip. Los proyectos que quiero para adelante son con fotografía análoga, mezclando con videos, con texto, archivo, otras disciplinas y, al mismo tiempo, ligando el trabajo personal con lo educativo y lo comunitario”. Actualmente se encuentra desarrollando dos iniciativas, una en la Isla Huapi (Lago Ranco) y otra en la zona norte.
En este proceso de resignificar la fotografía análoga utiliza una cámara Nikon réflex y una cámara Mamiya de formato medio.
Como recomendación a quienes inician su camino en la fotografía, Ochoa los insta a que hagan proyectos que les interesen verdaderamente, que se apasionen con ello y les brinden mucho tiempo, “no solo de fotografiar sino el tiempo de pensarlos, leer acerca de los temas, investigar sobre lo que quieren hacer”.
Proyecto “noche de estrellas”
La noche fue ajetreada. Poco público, como es habitual cuando el circo deja de ser atracción. Es el indicio que ya es necesario mudarse a otro lugar. Pero el entusiasmo no decae, pues la existencia no es comprensible si no se está sobre las tablas presentando el show, siendo la entretención en poblaciones donde los espectáculos casi no llegan. La ciudad de abajo se ve distinta, muchas veces intolerante a todo lo que parezca distinto. Es un territorio que observan de lejos.
En la suma y resta, a veces el costo del maquillaje, de las plumas y de los trajes es mayor a lo que perciben e la funciones; algo que deja en evidencia que lo suyo no es un negocio propiamente tal, sino un ímpetu por creer en su trabajo y quizás en la trascendencia de lo que realizan. Amor al arte. La felicidad es lo primero, después viene el dinero, algo que no todos pueden decir. Una rareza en una sociedad donde nadie da nada sin esperar algo.
El transformismo en Antofagasta, hay que ir a buscarlo a los cerros y en la noche. Allí está, vivito y coleando. El registro, son las pulsaciones de estos artistas en lo cotidiano. Son cuadros que se leen como el relato de un grupo de artistas, que un día para otro se juntaron y decidieron vivir tal cual querían.
Proyecto “El sueño sudamericano”
“El proyecto “El sueño sudamericano” lo inicié después de registrarse una marcha en contra de colombianos y de leer una serie de noticias en los periódicos locales que mostraban episodios de discriminación en contra de niños y jóvenes colombianos en la ciudad de Antofagasta”. Cristian Ochoa
El proyecto documenta parte de la migración latinoamericana que se traslada hacia el sur del continente. Este fenómeno esta poco analizado. Los estudios se han preocupado mayormente de la migración de latinos hacia Norteamérica y Europa.
La ciudad de Antofagasta en el Norte de Chile es denominada “La Nueva Dubai” por su pujante industria minera. Posee el percápita de Londres, pero con diferencias sociales abismantes. Tiene una población cercana a los 400.000 habitantes de los cuales más de 20.000 provienen de Colombia. Principalmente son de “raza negra” y de la zona sur del país, Valle del Cauca, área con graves problemas de violencia y pobreza a causa del narcotráfico. Al llegar a su nuevo hogar se encuentran con una ciudad con altos costos de vida, trabajos mal remunerados, discriminación, racismo y falta de acceso a servicios básicos. Parte de la población chilena exige una expulsión de la “invasión colombiana” debido a puntuales acontecimientos delictivos visibilizados de mala manera por la prensa amarillista. Su contraparte, es que existe una ambiente sin violencia, siendo la principal razón para quedarse en la ciudad. Además, la mayor parte de su población habita en campamentos, lo que les permite ahorrar para enviar remesas a su país de origen.
El sueño sudamericano es una mirada al cotidiano de la colonia de migrantes mas grande de la ciudad. Miles de historias se pueden contar, como un renacimiento basado en su duelo, resiliencia, fe y lucha en un paisaje desierto.