Jardim Gramacho
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Sin condiciones de vida básicas, cada vecino tiene que conseguir su propia agua. Tan pronto como hacen conexiones clandestinas con mangueras de bomberos a la tubería central de agua de CEDAE (Empresa de Agua y Alcantarillado del Estado de Río de Janeiro). © Ariel Subirá
Jardim Gramacho
Jardim Gramacho
Jardim Gramacho
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Los niños juegan después del almuerzo en el patio trasero de la casa donde hay un callejón. El ingreso per cápita promedio de los vecinos del barrio es de 332 reales, 11 dòlares al día. según una encuesta de una ONG. El Banco Mundial considera "pobreza extrema" a las personas que viven con 1.90 dólares al día, o 6 reales. 8/10/2017 © Ariel Subirá
Jardim Gramacho
Jardim Gramacho
Jardim Gramacho
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Casa da Vanesa Custorio (32), quien vive en una casa donada por el párroco de la iglesia comunitaria, con 5 hijos y 8 meses de embarazo de una niña. Después del parto, se le realizará una ligadura de trompas. Para mejorar su situación, comenzó a vender productos de limpieza que prepara en casa, la que está llena de moscas por vivir frente al basural. © Ariel Subirá
Ariel Subirá
El cierre del vertedero Jardim Gramacho (Duque de Caxias, estado de Rio de Janeiro, Brasil) en 2012, dejó una responsabilidad ambiental y social que había sido anunciada como legado de antemano por el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río 2016.
El enorme basural llamado Jardim Gramacho (“hierba de jardín”), uno de los vertederos más grandes en América Latina, llegó junto una serie de promesas para recuperar la costa contaminada de la Bahía de Guanabara, revitalizar el barrio y brindar capacitación profesional a miles de recicladores, las que no fueron atendidas.
Como las promesas no se habían cumplido y sumando a esto una de las peores crisis económicas que había vivido Brasil en décadas, volvió a crecer un nuevo vertedero clandestino en terrenos en los que habían cerrado hace años. Después de 5 años, en 2017, la vida de los recicladores que seguían viviendo allí era aún peor. Sin saneamiento básico, agua potable o viviendas y condiciones de vida indignas, ahora enfrentaban la dificultad de carecer de trabajo en condiciones de pobreza extrema.
Dos iglesias establecidas en la región y diferentes con diferentes ONG como “Corrente pela vida” habían estado trabajando en acciones sociales y donaciones de comida, ropa y juguetes para tratar de ayudar a esta realidad donde el gobierno estaba totalmente ausente.
Equipo Técnico:
Canon 5D Mark II, lentes de 28 mm y 50 mm.
Acerca de Ariel Subirá:
Nacido en 1980,en la ciudad de Rosario, Argentina, fotógrafo autónomo especializado en narrativa visual sobre temas de denuncia social y cultura popular.
Publicó ensayos y reportajes en periódicos como El País Brasil, Page / 12 de Argentina y Bild de Alemania, revistas VICE Brasil, La Chispa de Holanda, La Barra Espaciadora de Ecuador, Época Rio y colaboró con agencias AFP, Archivo Latino y Futura Press. Participó también en diferentes libros de fotografía, poesía, artículos académicos y revistas especializadas en fotografía.
“He vivido en Río de Janeiro durante 11 años, he pasado por muchos veranos de 50 °C, carnavales callejero y mucho gas lacrimógeno en las manifestaciones de 2013/14. Actualmente me dedico a producir mis propios reportajes como freelance y a impartir cursos de fotografía.
Creo en el poder de la fotografía y la fuerza del registro de autor, siempre con la cámara en la mano y una idea en la cabeza.”
Sitios Web:
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