Francesco Faraci: Siciliano. Humano. Atlas.

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Siciliano. Humano. Atlas.

Por Francesco Faraci

 

 

Tres palabras que juntas forman una frase, donde cada una de ellas tiene una identidad precisa. Sicilia, puerta de entrada a Europa, para algunos el inicio de una nueva vida, punto de llegada desde la vecina África. Para otros, los nativos, es una visión del mundo, con sus raíces profundas. Una tierra maravillosa, pero a veces una de las peores. Aquí nada es lo que parece. Para la contingencia, ilusión griega. Una obra de contrastes: vida/muerte, caos/silencio, resignación/redención, alegría/tristeza. Pueblos semiabandonados donde quien se va no vuelve y la mediana edad es una utopía. Los ancianos permanecen, como las piedras de las casas, con puertas y ventanas cerradas y decoradas con carteles de “Se vende”. Las piedras hablan de lo que fue y de lo que será en un futuro próximo. Huimos de Sicilia, una tierra que se muere, y no lentamente. Hay que salvarla para no olvidarla, para reproducir en el papel lo que todavía está allí. La paradoja es que no faltan energía ni poesía. En la eterna lucha entre irse y quedarse, he optado por intentar mantenerme firme y contar la tierra que habito, a diferencia de la fotografía exótica que nos lleva a otros lugares, lejanos. Y sin embargo, al abrir las puertas de casa, al abrir las ventanas metafóricas de nuestras vidas, ese mundo nos acoge y pide ser descrito. La vida, la muerte, los sueños, las derrotas.

© Francesco Faraci

Atlas es un viaje. No importa cómo, solo dónde y por qué. Caminar por la geografía del alma mediterránea, hecha de sensaciones, de percepciones que brotan de la tierra desnuda después de la cosecha. Viento, cielo, corrientes marinas, sol, luna y sal en la piel. Todo contribuye a trazar en un mapa imaginario las señales de los viajes del caminante, que no lleva nada más que sus huesos, desnudo y abierto a enfrentarse a la sorpresa, al destino, al sino.

Humano porque terrenal. Porque al fin y al cabo la humanidad es el centro del estudio. Su condición de “moderno” en una tierra que lucha por evolucionar y que, cuando lo hace o lo intenta, cede cada vez un trozo de su identidad atávica.

© Francesco Faraci

Siciliano, por tanto, no significa estar siempre orgulloso. Hoy, ser siciliano significa ponerse en camino, cavar profundamente en la tierra sabiendo que el mar, única frontera definitiva, tiene su único límite en el horizonte y en las direcciones de los vientos.

Tres palabras para describir una tierra de frontera. Me embarqué en busca de una pequeña América inspirada en Robert Frank y en su obra Los americanos. Este es el sentido de esta obra que pedía a gritos salir a la luz.


Acerca del autor:

Fotógrafo y escritor nacido y radicado en Palermo, Italia. Estudió Artes Liberales (antropología, sociología) en la Universidad de Palermo. En 2016, su reportaje, “Malacarne”, se convirtió en un fotolibro “MALACARNE-Kids come first” publicado por Crowdbooks. En 2019 publicó su segundo fotolibro: Jova beach Party – Cronache da una nuova era (Rizzoli). En 2020, su reportaje “Sicilian Human Atlas” se convirtió en un fotolibro publicado por Emuse Books. En 2022, Mimesis Ed. publicó “Anima Nomade”, un ensayo sobre su fotografía.
También es escritor. Sus obras han aparecido en Il Venerdì di Repubblica, La Repubblica, Rolling Stone, The Globe and Mail, Time Magazine, VICE y The Guardian.

Links:

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www.francescofaraci.com

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© 2019 Caption Magazine. ISSN 0716-0879