+11 Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Francisco Guerrero: “Robert Freeman es mi mentor”
Por Claudio Soto
El verano europeo comienza a bajar el telón, no así la intensidad de este prestigioso fotógrafo español. Colaborador de FUJIFILM desde hace más de una década se reparte en múltiples proyectos personales y profesionales que nutren su calendario. En cada uno destalla una energía electrizante. Sabe lo que quiere y empuja para conseguirlo.
Sentimiento, pasión, risa o desgarro. Esto es lo que proyecta la cámara del fotógrafo andaluz Francisco Guerrero. Si bien es conocido como uno de los mejores en los ámbitos de bodas y campañas políticas, basta detenerse un poco para darse cuenta de que se trata de un verdadero torbellino bajo el lente. Atrapa, presiona, busca y encuentra. Así concibe su trabajo al explicar lo que hace en esta entrevista a CAPTION Magazine desde Sevilla, su casa.
¿Cómo llegaste a la fotografía?
Es curioso porque no vengo de una familia de fotógrafos, sino que de una muy humilde y normal. A mi padre le gustaba grabar muchos videos, algún carretito en los cumpleaños, cuando íbamos a la playa, pero siempre hablaba del patrimonio histórico. La fotografía fue algo que tenía dentro, como afición, que poco a poco se fue afirmando como una pasión. A los 28 años fue cuando di el salto y se convierte en mi vida, en algo necesario, para expresarme, crear un legado, contar historias, para crear el patrimonio histórico de otra gente, de ese que hablaba mi padre. Es como un regalo que me da la vida hasta el día de hoy.
¿Y eres más bien autodidacta o te fuiste profesionalizando en la Academia?
Hay un poco de todo. Eran otros tiempos. En la época que comencé la fotografía, era muy individualista. Costaba encontrar compañeros que te aportaran muchas posibilidades de acompañamiento, o de tener mentores, pero tuve la suerte de encontrar gente muy interesante en el camino que me ayudó muchísimo en cuanto a, por ejemplo, posibilidades de iluminación en estudio, y de la técnica para poder disfrutar lo que hacía. Asimismo, me tocó vivir un cambio muy importante de lo analógico a lo digital. Hace 23 a 24 años eso estaba en su auge y me encontró en un momento de cambio en donde pude estar muy actualizado.
También trabajas con un equipo de arqueólogos de la Universidad de Huelva… ¿Por qué destacas ese trabajo?
Sigo todavía con ellos. Hubo un tiempo en que trabajé en una distribuidora lo que me posibilitó oportunidades técnicas y muchos contactos. Trabajé asimismo con Robert Freeman durante muchos años, quien era el que llevaba el patrimonio histórico de The Beatles y Elvis. Paralelamente, entré en la Universidad de Huelva en el equipo de arqueólogos del MIDAS donde he hecho fotografías de su trabajo. Esto me ha entregado posibilidades creativas, conexiones y entender la fotografía desde otro punto de vista, como patrimonio histórico, lo que me tiene muy realizado. Ellos son un equipo que hacen muchos proyectos y me han enseñado a tener una visión de lo que éramos y de dónde venimos. Cada sesión de campo o en su laboratorio me permite acceder a una visión cultural brutal.
Volvamos a Robert Freeman… ¿Qué es lo que más te marcó de él?
Es uno de mis grandes mentores, ya que me abrió las puertas a la fotografía conceptual, es decir, no solamente tener una foto social que tiene una durabilidad muy corta, sino que a entenderla como un patrimonio que en las generaciones nuevas tendrá otro valor. El me mostró otras posibilidades, que se podía vender, proyectar, el trabajo con restaurantes, en gabinetes políticos, comuniones, bodas, o actividades de familia. Freeman me muestra que hay otra forma de entender la fotografía, que hay un legado dentro de ella, que va al yo interior de la misma y así poder expresarla. Me enseña que el pomo de una puerta no vale nada, pero que 20 pomos de puertas de distintas partes del mundo es una exposición, una galería. Que un perro en la calle no es nada, pero que 40 perros alrededor de varios países es una historia para contar. Yo vengo de una foto básica y él me permite entrar a la creatividad, a lo conceptual, al yo interior, a lo que no necesariamente gusta al cliente. Es uno de mis grandes revulsivos.
¿Y porqué orientaste tu trabajo hacia las bodas? Vemos que no son bodas tradicionales, son fotografías con mucho sentimiento y expresión…
Durante muchos años hemos estado buscando una calidad técnica dentro de la fotografía de bodas y hace muchos otros me mostraron que esto era más una experiencia. Desde entonces, todas mis sesiones sean de boda o estudio, se convierten en una experiencia de acción y reacción. Creo guiones, y dentro de ellos, hago que las cosas sucedan como me gustaría que fueran. Intento robar emociones, enojos, risas, sentimientos, crear escenas que hemos visto en cine, en pinturas o cualquier forma de inspiración. No es lo mismo decir a una novia, ´ahora cuando salgas a un salón quiero que tu padre te dé un beso´ y el padre choca con su nariz su rostro. A veces lo empeoramos por que los protagonistas pasan un poco de vergüenza.
Creamos situaciones para provocar una fotografía llena de emociones. Paramos el caos dentro de una casa para regalar una experiencia maravillosa, no porque haya una técnica, sino porque tu dirección de arte o cultura visual debe guiar estas emociones.
Y también vemos un interesante trabajo en la arena política…
En mi estudio hacemos muchas campañas políticas y grandes políticos confían en mi para sus retratos. Eso me enorgullece. Hay mucha psicología detrás.
¿Y qué es lo más difícil de trabajar con ellos? ¿los egos?
Busco tener un político delante, pero este tiene una sonrisa muy ensayada y tiene una estructura de su imagen muy trabajada y cuesta romperla. Muchas veces enfoco, me retiro, y el político empieza a agudizar la mirada. Cuando pasan 5 segundos comienza a ponerse tenso, y disparo. Busco una mirada de líder, de ganador, desafiante, poderosa. Muchas veces busco provocarlo para que me la den, y lo paso mal. Busco crear tensión para que su mirada tome más fuerza. No siempre con una sonrisa ensayada se gana.
¿Cómo se inició la conexión con FUJIFILM?
Estaba en Canon con una Sony que, a la vez, utilizaba en las bodas con un objetivo Nikon solamente para 4 retratos, y apareció FUJIFILM en un taller y se me permitió probar la XT1 y me enamoré. En aquel entonces, por ejemplo, había problemas con el enfoque que no tenían toda la proximidad que existe hoy. Había una serie de condiciones que no permitían hablar de que era la mejor cámara, pero me enamoré de ella. Hoy tengo la X-PRO, la 2 y la 3. Doce años después sigo con FUJIFILM.
¿Y cuál es tu equipo imprescindible?
La X-PRO 2 es mi cámara. Tiene un rollo documental, ya que contempla un visor lateral que permite adelantarme a la acción, y con el otro disparar. Tienen una carga sentimental más que técnica. Se lo permito todo y es fantástica. Ahora utilizo la FUJIFILM X-S10, y la X- H2S. Para medio formato, tengo la FUJIFILM GFX 50S para publicidad y para la cartelería política.
¿Estás en algún proyecto que nos puedas adelantar?
Soy un amante de los proyectos personales porque es donde lleno mi bolsa de creatividad, y luego los proyectos profesionales, en donde malgasto lo que genera la creatividad. Me enseñaron hace muchos años que si no había bolsa de creatividad no hay avance profesional. Tengo un montón de proyectos abiertos que los quiero cerrar en algún momento. Uno de ellos es uno de retratos a 18 mm, con grandes angulares.
Links:
Equipos:
Cámaras: FUJIFILM X-S10, X-H2S, X-Pro2, GFX 50S
Óptica: FUJINON XF 56mm F1.2 R, XF50-140mm F2.8 R LM OIS WR, GF 23mm F4 R LM WR, GF 110mm F2 R LM WR, GF 32-64mm F4 R LM WR
