Pablo Santander: Tempilcahue
Tempilcahue
Kuy Kuy – Muelle de las Almas
Por Pablo Santander R.
La única técnica que estoy usando es la técnica de experimentar la vida, de generar y asumir mi propia posición en el mundo, un método de vivir a través de gestos y acciones, de no ser espectador ni consumidor. No presto mucha atención al aspecto técnico de la toma de fotografías, estoy más concentrado en como inventar mi propia existencia y en cómo enfrentarme a lo que más me asusta: ese es el proceso en que estoy inmerso.
Antoine D’Agata
En la Isla grande de Chiloé aún existen lugares encantados por Mitos y Leyendas donde aún las comunidades rurales, viven y sigue hablando y creyendo, en alguna medida, en la fauna mítica y en sus historias. Los mitos chilotes acarrean miedo. Los relatos o casos de brujos son los más frecuentes de escuchar.
Ahora los mitos y creencias no son lo mismo para el chilote que para un afuerino. El visitante valora como fabulación y fantasía los ingenuos relatos que escucha de los chilotes.
Introducirse hoy al mito es vagar por terrenos confusos, desvinculados, muchas veces incoherentes, al no estar presente la matriz que los contiene originalmente. Hoy podemos observar el mito como arqueólogos o argonautas, en un cosmos donde Este aparece desintegrado, erosionado y adherido fragmentariamente a una realidad, dentro de otras culturas y otros tiempos. Cucao es uno de los sectores mágicos de Chiloé encantador por la majestuosidad del entorno -prístino y agreste- que invita al deleite pleno de la madre naturaleza: sonora y silente.
Cucao es un sector poblado de la costa occidental de Chiloé al menos desde la época colonial, fue visitado por Charles Darwin en 1835. Después del terremoto de 1960, Cucao perdió gran parte de su población y tierra puesto que el océano arrasó con casi todo el lugar y destruyó el poblado minero de Rahue, ubicado al sur. Sin embargo, los habitantes del sector, mayoritariamente huilliches, lograron sobreponerse.
Durante siglos, Cucao estuvo aislado del resto de Chiloé. En 1981 recién se logró ensanchar el camino, sobre la base de huellas de bueyes y caballos, que lo conectó a pie con el poblado más cercano, Huillinco. Antiguamente, para conectarse, los cucahuanos lo hacían a través de sus embarcaciones que los llevaban del lago Cucao hasta el lago Huillinco en 3 horas y a pie.
BALSEO DE LAS ANIMAS
Se cuenta en el sector de Cucao que, una vez muerta la persona, el alma busca pasar al otro lado del océano. Para ello debe llamar a Tempilcahue (El anciano que movilizado en un botecito blanco transporta a las almas que solicitan balseo en la punta Pirulil, al sur de Cucao) quien lo trasladara a su sitio definitivo. (Se relata también una conseja, relativa a un forastero que trato de engañar al balsero, llamándolo en vida. Como Tempicahue tiene muy buena memoria cada vez que escucha ese llamado no acude, a pesar de que el burlón ya está muerto y pena por los acantilados de Pirulil, desesperado al no poder pasar a su sitio definitivo).
En estos últimos años se desató en el país y en el extranjero un boom para visitar este mágico lugar al sur de Cucao, se pusieron en servicio minibuses con salidas diarias desde Castro o Cucao mismo, para así acceder directamente a las inmediaciones de los acantilados y terminar subiendo a una simple construcción hecha con tablones de madera nativa, semejante a un puente ascendente que finaliza abruptamente; ello permite visualizar en la lejanía el entorno oceánico en toda su majestuosidad. Su singular diseño – trunco y sinuoso – es una interpretación escultórica del autor de la iniciativa denominada “Muelle del Alma”, esto en relación con la leyenda supuestamente acontecida en dicho paraje. Este muelle es un proyecto (FONDART 2005), resultado de una tesis de Bellas Artes del escultor Marcelo Orellana Rivera para recordar las ánimas de Cucao.
Visitar el Muelle de las Almas se transforma en una verdadera peregrinación que para algunos parte visitando la Isla y así desde Castro partir en esta aventura pasando por Chonchi, Huillinco, para llegar a Cucao, desde ahí hay que emprender una caminata por senderos, hasta punta Pirulil, senderos que si se recorren en Invierno el barro llega a las rodillas, senderos que en verano el polvo se levanta y se transforma en neblina, senderos que han sido formado por el recorrido de las ovejas que recorren en busca de pasto tierno.
Caminar, incluso si se trata de un modesto paseo, pone en suspenso temporalmente las preocupaciones que abruman la existencia apresurada e inquieta de nuestras sociedades contemporáneas. Nos devuelve la sensación del yo, a la emoción de las cosas, restableciendo una escala de valores que las rutinas colectivas tienden a recortar.
Ya en el siglo III a.C, Hipócrates hablaba de los beneficios de caminar. Hoy en día, la gran mayoría de los médicos apoyan su teoría. Cuando te sientas desanimado y dudes sobre si deberías seguir andando, recuerda que tu cuerpo te lo agradecerá.
Es importante señalar que mi trabajo fotográfico espera mostrar una perspectiva distinta de este recorrido que hacen los visitantes, este camino, paisajes, esta peregrinación al muelle de las almas, enfocado en que la fotografía tenga una narrativa, para lo anterior recurrí a fotógrafos como Sergio Larraín, Ansel Adams, Lola Falcon.
Ahora, un paisaje es un tópico en cuanto a que apela simultáneamente a una experiencia nueva y al reconocimiento de algo familiar, a la asimilación de un tipo. Al respecto, Berque afirma que un paisaje tiene un componente original pero también algo de “siempre ya visto” y solo toma forma cuando el distanciamiento es acompañado de proyección.
En efecto, no podemos nombrar, identificar y valorar el paisaje si no hemos aprendido a definirlo como tal; si no hemos adiestrado la mirada a través de un manuscrito de saberes y experiencias de nuestra memoria colectiva e individual.
Bien lo decía Goethe “El simple mirar una cosa no nos permite avanzar. Cada mirar se muta en un considerar, cada considerar en un reflexionar, en un enlazar. Se puede decir que teorizamos en cada mirada atenta al mundo”
A partir de las experiencias ya contrastadas es posible utilizar la técnica fotográfica para interpretar determinadas variables del paisaje mediante una metodología adecuada, se tratará, por lo tanto, de mostrar los modelos perceptivos que van modelando el paisaje no solo si son inconscientes y endógenos, subjetivos y estéticos; por lo mismo la mirada paisajística se puede condicionar externa y pragmática, fotografiar, es poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo punto de mira.
En las últimas décadas se transita del modelo de turismo convencional al alternativo; reflejándose en el comportamiento de la oferta y demanda turística, una de sus vertientes es el turismo religioso – en especial las peregrinaciones – integrado en el turismo cultural. Esta vertiente es complemento al desarrollo ante la crisis de la agricultura de temporada.
La peregrinación es una acción ritual, que incluye un movimiento espacial de un aquí cercano hacia un allí lejano y que se realiza durante un itinerario temporal, o sea, según un antes y un después. Ella combina tres elementos: el peregrino, el camino y el santuario.
Santiago, enero 2024
Acerca del Autor:
Mi nombre: Pablo Santander Rojas, nacido en Santiago de Chile en 1970. Estudié fotografía hace muchos años en la época del analógico donde uno tenía que revelar su carrete. Partí con una cámara Práctica de 35 mm, la cual, al poco andar la entregué en parte de pago para comprarme una cámara Minolta la cual aún guardo con mucho cariño.
Por mucho tiempo la fotografía estuvo presente pero no formando parte de mí. Pasé a ser solo un amante de la fotografía. Sacaba fotos de mis vacaciones o paseos, sin contar que el celular empezó a quitarle espacio físico a la cámara.
Un poco antes de la pandemia me decidí a retomar esta pasión. Así que tuve que volver a empezar. Este nuevo camino, aprendiendo nuevamente fotografía pero ahora en modo digitales dentro de esta decisión, tomé medidas radicales y drásticas, por ejemplo, la cámara pasó a ser mi compañera 24/7. Hoy en día la cámara siempre está en un lugar ,donde puedo acceder a ella en forma rápida y oportuna, si no está en mi espalda, esta una mochila, en mi bolsillo (una pequeña) o se encuentra a un costado como copiloto.
En este nuevo viaje de aprendizaje donde todo ha sido ensayo y error de ir probando posibilidades, también fui experimentando la vida, de asumir mi propia posición en este mundo dejé de ser un espectador. Debo reconocer que muchas veces no pongo mucha atención a aspectos técnicos de la toma misma, siempre estoy concentrado en cómo mostrar mi propia existencia, mi experiencia de vida o vivencia del momento, y por lo mismo creo que no hay malas fotografías.
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