Volviendo a la Película: Barcelona-Madrid
Gracias al apoyo de: Miyagi Studio
Carla Deltoro
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Hubo un tiempo en el que no encontraba nada gratificante en el presente, siempre esperaba que el siguiente momento fuese más brillante. Vivía en una constante espera por lo que el futuro tendría para mí, en lugar de disfrutar el ahora y entender que la vida ya estaba sucediendo. Ahora sé que esperar tiene algo magnético, es una sensación mágica. Es el punto álgido antes de alcanzar un deseo: La cola antes de comer, los 5 minutos antes de salir de trabajar, un atasco interminable para ver a alguien a quién quieres.
Revisito mi ciudad y pienso en que no importa dónde estés ni por lo que estés pasando, siempre tienes que encontrar la forma de darle sentido a tu historia.
Rosalía Retinette
Nunca un carrete había durado tanto. O tan poco, según como lo mires.
Porque una cosa es disparar de viaje, donde cada detalle atrapa tu atención, donde tiras varias fotos para asegurarte un paisaje, donde simplemente capturas lo banal, lo estético o incluso lo egocéntrico con ese reflejo en el espejo. Donde disparas cómo y cuándo tú quieras.
Y otra muy distinta es salir a la calle, a tu calle, cámara en mano, y enfrentarte al desafío de tirar 36 fotos en 168 horas siguiendo una lógica argumental.
Queriendo explorar los rincones de ciudades memorizadas hasta el hartazgo con una nueva visión. Aspirando a trasladar tu perspectiva al resto del mundo. Convirtiendo el día a día en ese viaje exploratorio. Convenciéndote de que, al fin y al cabo, lo cotidiano no es menos fascinante – ni estético – que el exotismo de un carrete viajero.
Y al final resulta que lo cotidiano es, simplemente, el conjunto de fotos que nunca has necesitado hacer porque ya viven libremente en tus recuerdos.
Ahora solo queda saber si merece la pena plasmarlas en 35 mm.