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Lola Barcia – Marinela Forcadell
Fotógrafas itinerantes, viajeras incansables y apasionadas de la técnica estenopeica.
Viajamos con nuestras “cámaras” (construidas a partir de latas metálicas ) enlatando el mundo. De una manera calmada y serena, retenemos imágenes de ciudades bulliciosas y vivas. Nuestra técnica nos permite ver una ciudad como una nueva amiga que se quiere comunicar, es por eso que la paseamos, al puro estilo flânneur encontrando rincones e iconos e intentando capturar su esencia. Para nosotras supone un reto extraordinario adaptar los tiempos de exposición a las distintas luces que cada viaje y cada lugar nos propone: no es la misma luz la de Marruecos que la de Tokio, la de Sicilia que la de Nueva York. Es por eso que una parte importante de nuestro equipaje sea el laboratorio fotográfico que montamos en los cuartos de baño de los hoteles. Siempre viajamos con tres cubetas de revelado, luz roja, pinzas, químicos y papel fotosensible.
La posibilidad de revelar el trabajo a diario nos permite poder rectificar los tiempos y ajustar encuadres y una vez acabado el revelado, cargamos las latas para poder afrontar otro día de enlatado. Cada lata por su tamaño y forma se corresponde con un “objetivo” convencional, así tenemos desde cámaras panorámicas, construidas a partir de una caja redonda de galletas danesas, hasta teleobjetivos que fabricamos con latas alargadas de bebidas alcohólicas, pongamos whisky.
Las que siempre llevamos a nuestros viajes son: la 50mm a partir de una pequeña lata de té, la gran angular y la ojo de pez, ambas de la marca Illy. Son los tres objetivos que pensamos nos pueden ser más útiles y sugerentes a la hora d viajar. La fotografía estenopeica supone un momento de reflexión en el que el silencio y la serenidad nos transporta. Nuestras cámaras, al carecer de visor, lente y disparador, necesitan largos tiempos de exposición que nos gusta comparar con la cocina. La cámara sería un horno y el papel fotosensible la pizza: al abrir el estenopo (pegatina que hace las veces de obturador) la luz entra de forma natural en nuestra lata. El tiempo tiene que ser el justo y necesario para que nuestra “pizza” ni se queme ni se quede cruda. Marinela es la que se ha especializado en los tiempos de exposición que varían incluso durante el tiempo de cocinado si cambian las condiciones de luz, por ejemplo si pasa una nube o una persona se interpone taponando la entrada de luz.
En cuanto al encuadre, es Lola la que calcula la posición de la cámara según sea el objetivo elegido, ya que nunca recortamos ni reencuadramos el negativo original. Es por eso que formamos un equipo perfecto y para dar una fotolata como válida, tanto el trabajo de “cocinado” de Marinela como el de “emplatado” de Lola debe ser correcto. Todo esto queda reflejado en cada imagen, en la que se saborea el paso del tiempo. De cada unos de nuestros viajes , en los que conseguimos cocinar gran cantidad de imágenes (una media de 45 al día) nos gusta pensar que al menos una de las fotolatas transciende y representa la experiencia vivida.
En un mundo como el actual en el que la inmediatez colapsa el sentimiento, darle a la fotografía el carácter de “pieza única” es un atractivo más en nuestro trabajo siendo el negativo que sale de la lata nuestra obra propiamente dicha. A partir de ahí positivamos y ampliamos realizando series limitadas y firmadas que mostramos en exposiciones individuales. Nuestra serie más extensa sería “Ciudades enlatadas” de la que extraemos subseries como “Urban Tattoo, “0,4mm parabellum”, “Europa enlatada” , “Japón enlatado”, “Negro, rojo, blanco” que hemos expuesto en la National Gallery, Amman Jordania,; Atrium Gallery London: Instituto Cervantes Tokio; Kowasa Gallery, Barcelona, Museo de Bellas Artes, Castellón o Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, Oaxaca, Mexico entre otros.
Nuestro primer libro publicado “60 segundos de luz” (SinPerezaBooks 2018) supone un compendio de nuestra experiencia y trayectoria como Fotolateras y un manual para aprender la técnica que va desde cómo construiste tu propia cámara hasta cómo realizarla, revelarla y positivarla por contacto. El segundo “Japón enlatado” (SinPerezaBooks, 2018), es el reflejo de nuestros viajes a dicho país y nuestro amor por su cultura en el que se incluye, a modo de apéndice “Japón ilustrado” Nuestro carácter didáctico y divulgador nos lleva por numerosos festivales, escuelas y ferias de fotografía en donde impartimos conferencias y talleres.
Actualmente tenemos alojado un curso de “Iniciación a la fotografía estenopeica” en la plataforma online Domestika. Empeñadas en “enlatar” todo lo que se pone delante de nuestras cámaras, siempre de una forma pausada, llevamos 14 años de aventura fotográfica viajando por 4 continentes cargadas con 45 latas convertidas en cámaras. Seguimos “enlatando el mundo y sus habitantes”.
Acerca de las autoras:
Lola Barcia Albacar (1968) Estudios Bellas artes y diseño industrial, Ilustradora y Fotógrafa.
Marinela Forcadell Breva (1969) Licenciada en Marketing, Community manager y Fotógrafa.
Datos técnicos: Lata de café Illy cuadrada (gran angular) Lata de café Illy redonda (ojo de pez) Lata de te (50mm) Cada lata está pintada por dentro con spray negro mate y el estenopo es de 0,4mm de diámetro.
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